Por Andrés Cordeu
Fundación para el Desarrollo Sustentable de Mar del Plata "Teodoro Bronzini"
El tratamiento de los residuos urbanos es uno de los principales problemas para todas las grandes ciudades en el mundo. Por ese motivo es que se ha avanzado en la constitución de un saber específico orientado a dar estrategias de manejo eficiente y sustentable. El costo de esas formas o la financiación de las obras necesarias para hacerlo, son un componente fundamental del problema.
Según las características de los centros urbanos, las modalidades para administrar los residuos se diversificaron, desde la incineración a la disposición en vertederos.
En las ciudades en que se dispone de tierras, la opción de los rellenos sanitarios se fue imponiendo como una alternativa relativamente económica y eficiente. Esta tendencia también fue acompañada por la legislación que en algunos lugares, además prohibió la incineración como método de eliminación.
Las diferentes tendencias fueron confluyendo un concepto que agrupo a las tecnologías, las técnicas y las etapas que involucraba el problema de los residuos, en lo que se conoce como “Tratamiento Integral de Residuos Urbanos”. Este enunciado, propone una mirada más sistemática del problema, que transita por todo el proceso que incluye la generación, su tratamiento y su eliminación o disposición.
Por eso, vemos que se instalan en las sociedades, las ideas de reciclar y rehusar aquellos materiales que puedan se reintroducidos en el sistema de producción y consumo de bienes, y así reducir los volúmenes de basura que hay que disponer, para lo cual se plantean estrategias de separación y clasificación.
En muchos países además, existen políticas asociadas a disminuir la generación de residuos a partir de normativas que imponen impuestos a aquellos sectores que generan exceso de los mismos. Así un producto que se empaqueta con un envase ocioso deberá aporta más que el que no lo hace, a la financiación del sistema de gestión integral.
Llegamos a un punto que es básico para atacar con eficiencia el problema: ¿De donde deben salir los recursos para gestionar apropiadamente un tratamiento integral de los residuos?
Es evidente aquí que por tratarse de un tema que hace a la calidad ambiental y que el derecho ambiental esta cubierto por todas las jurisdicciones del Estado, las soluciones que aseguren ese derecho, también deben estar económicamente sustentadas por el Municipio, la Provincia y la Nación.
La calidad ambiental con que nuestra sociedad quiera vivir, y que poco a poco se va reflejando en la legislación que pone limites al desarrollo para encausarlo en los lineamientos del desarrollo sustentable, implica también pensar, en cuanto esta dispuesta a pagar la misma sociedad por esa calidad.
En nuestra ciudad, la percepción social del problema de los residuos, en términos generales se limita a si la empresa encargada de recolectarlos pasa o no y con la eficiencia que lo hace. Esa es la razón que explica porque hubo espacios para los desaciertos reiterados en las políticas de manejo.
Una nueva etapa, se inaugura poniendo sobre la mesa el problema de la financiación de las políticas que queramos darnos. Si esto no se hace, estaremos irremediablemente condenados a intensificar los errores del pasado.
El sector político debe impulsar un debate en el que se reconozca el costo que conlleva la calidad ambiental que la sociedad quiere alcanzar en cada etapa. A partir de allí, los diferentes sectores del Estado podrán confluir en una gestión única, sabiendo cuanto aporta cada uno.
La gestión integral de residuos, implica la planificación, para así evitar caer en los antiguos errores y en los mismos fracasos.
Fundación para el Desarrollo Sustentable de Mar del Plata "Teodoro Bronzini"
El tratamiento de los residuos urbanos es uno de los principales problemas para todas las grandes ciudades en el mundo. Por ese motivo es que se ha avanzado en la constitución de un saber específico orientado a dar estrategias de manejo eficiente y sustentable. El costo de esas formas o la financiación de las obras necesarias para hacerlo, son un componente fundamental del problema.
Según las características de los centros urbanos, las modalidades para administrar los residuos se diversificaron, desde la incineración a la disposición en vertederos.
En las ciudades en que se dispone de tierras, la opción de los rellenos sanitarios se fue imponiendo como una alternativa relativamente económica y eficiente. Esta tendencia también fue acompañada por la legislación que en algunos lugares, además prohibió la incineración como método de eliminación.
Las diferentes tendencias fueron confluyendo un concepto que agrupo a las tecnologías, las técnicas y las etapas que involucraba el problema de los residuos, en lo que se conoce como “Tratamiento Integral de Residuos Urbanos”. Este enunciado, propone una mirada más sistemática del problema, que transita por todo el proceso que incluye la generación, su tratamiento y su eliminación o disposición.
Por eso, vemos que se instalan en las sociedades, las ideas de reciclar y rehusar aquellos materiales que puedan se reintroducidos en el sistema de producción y consumo de bienes, y así reducir los volúmenes de basura que hay que disponer, para lo cual se plantean estrategias de separación y clasificación.
En muchos países además, existen políticas asociadas a disminuir la generación de residuos a partir de normativas que imponen impuestos a aquellos sectores que generan exceso de los mismos. Así un producto que se empaqueta con un envase ocioso deberá aporta más que el que no lo hace, a la financiación del sistema de gestión integral.
Llegamos a un punto que es básico para atacar con eficiencia el problema: ¿De donde deben salir los recursos para gestionar apropiadamente un tratamiento integral de los residuos?
Es evidente aquí que por tratarse de un tema que hace a la calidad ambiental y que el derecho ambiental esta cubierto por todas las jurisdicciones del Estado, las soluciones que aseguren ese derecho, también deben estar económicamente sustentadas por el Municipio, la Provincia y la Nación.
La calidad ambiental con que nuestra sociedad quiera vivir, y que poco a poco se va reflejando en la legislación que pone limites al desarrollo para encausarlo en los lineamientos del desarrollo sustentable, implica también pensar, en cuanto esta dispuesta a pagar la misma sociedad por esa calidad.
En nuestra ciudad, la percepción social del problema de los residuos, en términos generales se limita a si la empresa encargada de recolectarlos pasa o no y con la eficiencia que lo hace. Esa es la razón que explica porque hubo espacios para los desaciertos reiterados en las políticas de manejo.
Una nueva etapa, se inaugura poniendo sobre la mesa el problema de la financiación de las políticas que queramos darnos. Si esto no se hace, estaremos irremediablemente condenados a intensificar los errores del pasado.
El sector político debe impulsar un debate en el que se reconozca el costo que conlleva la calidad ambiental que la sociedad quiere alcanzar en cada etapa. A partir de allí, los diferentes sectores del Estado podrán confluir en una gestión única, sabiendo cuanto aporta cada uno.
La gestión integral de residuos, implica la planificación, para así evitar caer en los antiguos errores y en los mismos fracasos.
