A 30 años de la dictadura militar el periodista José Poncico rememoró aquellas épocas oscuras en la que el fútbol y el horror caminaron de la mano bajo un solo objetivo: esconder el terror.
Por Augusto Taglioni
“Ojalá no ganemos, nos van a matar a todos” era el pensamiento que corría por las mentes de aquellos activistas y militantes que vivían perseguidos por el hecho de defender un ideal en la sangrienta dictadura cívico militar de los años 70’. También en la vida de hombres como José Poncico merodeaba la contradicción en una organización política que aglutinaba nada más y nada menos que a toda la población argentina mediante un deporte popular como el fútbol.
“Ojalá no ganemos, nos van a matar a todos” era el pensamiento que corría por las mentes de aquellos activistas y militantes que vivían perseguidos por el hecho de defender un ideal en la sangrienta dictadura cívico militar de los años 70’. También en la vida de hombres como José Poncico merodeaba la contradicción en una organización política que aglutinaba nada más y nada menos que a toda la población argentina mediante un deporte popular como el fútbol.
La organización del mundial 78’ ideada por Jorge Rafael Videla y llevada a la práctica por Lacoste y la FIFA fue el gran árbol que tapó el bosque. El fútbol y la selección Argentina escondían los meros intereses políticos y continuidad de un régimen de facto mediante un artefacto más que valedero: El pueblo.
José Poncico se refirió a este tema y dijo “Los militares y las clases dominantes utilizaron a los grandes jugadores populares, referentes sociales, con el fin de controlar las masas, el mundial era una plataforma política. “Los militares se chuparon el fútbol adueñándose de una clase social, manejaron al pueblo con una herramienta como el fútbol” exclamó Poncico.
Poncico, quién tuvo que partir de Mar del Plata en Octubre de 1976, afirmó que elementos como política, militancia y fútbol están relacionados desde hace tiempo y que es imposible apartar la historia política de la dictadura militar.
También habló de Cesar Menotti y de su militancia política. “El mismo que realizó actividades públicas de militancia en el 73’, en el 76’ no dijo nada” exclamó.
Con respecto a la actitud del ex técnico de la selección, Poncico afirmó que “el flaco” firmó una solicitud otorgada por dirigentes de la AFA en adhesión al gobierno de facto junto con intelectuales de la época.
César Luis Menotti era miembro del Partido Comunista, considerado como “corrientes progresistas”. Poncico plantea una incógnita de cómo corrientes “estalinistas” estaban afines con la dictadura cívico- militar. “Mientras los militantes de base eran perseguidos hasta debajo de la cama, estos dirigentes ataban su suerte al gobierno militar” afirmó el periodista.
José Poncico formó parte de una generación de jóvenes militantes y comprometidos que eran activistas y soñaban con un mundo mejor. En el país de las contradicciones y en esta herida que aún sangra los ideales no se olvidan. El fútbol y la sangre caminaron juntos, gritos de tortura mezclado con goles y algarabía fueron común denominador pero luego de 30 años esta es una batalla que el pueblo argentino completo trata de ganar.
Distintos bloques de la Cámara de Diputados presentaron un proyecto de ley para expropiar el hotel Bauen, a favor de la Cooperativa de Trabajo Buenos Aires, que desde hace cinco años administra las instalaciones. Dicha cooperativa aglutina a todos los trabajadores del hotel, un total de 16.
