“Tenemos que estar del lado de la gente, no se puede estar únicamente del lado del empresario”, aseguró a FM de la Azotea, Alejandra Urdampilleta, titular del PAMI local y aclaró que “esto no significa combatir a los empresarios pero si controlarlos, hacerles cumplir lo que tiene que cumplir, por eso me sorprende la decisión del ejecutivo y de la mayoría de los concejales de transferir 7 millones de una deuda de los empresarios del transporte, que debía ingresar a las arcas públicas a los propios empresarios”.
La dirigente del Encuentro y Participación suscribió un documento junto a distintos sectores kirchneristas locales como el Movimiento Evita, Encuentro Nacional y Popular y CREAR en el que critican duramente a la gestión Katz asegurando que “el actual intendente utiliza la popularidad del presidente como basamento de un proyecto que antagónico.”
“No es fácil sentarse con este proyecto para concertar, no se habla de cerrar la puerta a nadie, pero si hay políticas que deben de cambiar y hay muchas cuestiones de la ciudadanía marplatense olvidadas”, resaltó Urdampilleta.El documento citado crítica las políticas del intendente para resolver la problemática del transporte pero también las de la basura, servicios de salud, y obras en los barrios periféricos de la ciudad.
Audio Alejandra Urdampilleta
martes, 15 de mayo de 2007
MAS TRABAJO EN NEGRO EN EL PUERTO. CONFLICTO EN LA PLANTA OMAR
Un nuevo ejemplo del trabajo en negro en el puerto marplatense se evidencia en este momento con la lucha que se está llevando adelante en la planta procesadora de pescado OMAR, localizada en Vértiz 2668.
Darío Garay, uno de los más de treinta trabajadores, explicó que “el conflicto detonó cuando uno de los propietarios de la empresa, Sebastián Garófalo, intentó imponer al personal que cada uno se convierta en monotributista para poder mantener la fuente de trabajo, evadiendo así sus obligaciones como empleador.”
Garay dijo que "nosotros le planteamos que no porque no podemos sostener el costo fijo, porque el trabajo no da para poder aguantarlo. Le decimos que se haga cargo él y él se rehusa".
Asimismo, el trabajador comentó que "Garófalo contrató un intermediario para llevar adelante la negociación. Nosotros lo que queremos es que nos pongan con el convenio del año 1975 y que nos blanqueen. Pero estamos viendo de qué forma podemos seguir adelante. El nos plantea que nos puede poner con un convenio basura, muy flexibilizado, que se lo ha dado el Sindicato, y nosotros no queremos, nosotros queremos el convenio del año 1975".
Consultado acerca del rol que ocupa tanto el SOIP como el Ministerio de Trabajo en este conflicto, Garay sostuvo que "le hemos pedido asesoramiento al Sindicato y ha estado ahí nomás... y el Ministerio de Trabajo llamó a una audiencia donde Garófalo declinó la instancia". Además remarcó que "la lucha siempre la hemos llevado solos".Además Darío Garay manifestó que "mientras tanto seguimos trabajando como lo veníamos haciendo: muy poco, casi nada, como casi todo el puerto de Mar del Plata, más con tipos como Garófalo que compra pescado y lo hacen procesar en deferentes fábricas".
Audio Dario Garay
Darío Garay, uno de los más de treinta trabajadores, explicó que “el conflicto detonó cuando uno de los propietarios de la empresa, Sebastián Garófalo, intentó imponer al personal que cada uno se convierta en monotributista para poder mantener la fuente de trabajo, evadiendo así sus obligaciones como empleador.”
Garay dijo que "nosotros le planteamos que no porque no podemos sostener el costo fijo, porque el trabajo no da para poder aguantarlo. Le decimos que se haga cargo él y él se rehusa".
Asimismo, el trabajador comentó que "Garófalo contrató un intermediario para llevar adelante la negociación. Nosotros lo que queremos es que nos pongan con el convenio del año 1975 y que nos blanqueen. Pero estamos viendo de qué forma podemos seguir adelante. El nos plantea que nos puede poner con un convenio basura, muy flexibilizado, que se lo ha dado el Sindicato, y nosotros no queremos, nosotros queremos el convenio del año 1975".
Consultado acerca del rol que ocupa tanto el SOIP como el Ministerio de Trabajo en este conflicto, Garay sostuvo que "le hemos pedido asesoramiento al Sindicato y ha estado ahí nomás... y el Ministerio de Trabajo llamó a una audiencia donde Garófalo declinó la instancia". Además remarcó que "la lucha siempre la hemos llevado solos".Además Darío Garay manifestó que "mientras tanto seguimos trabajando como lo veníamos haciendo: muy poco, casi nada, como casi todo el puerto de Mar del Plata, más con tipos como Garófalo que compra pescado y lo hacen procesar en deferentes fábricas".
Audio Dario Garay
SALIDERAS, SIN SALIDA
Los trabajadores bancarios denuncian que los robos a clientes en cercanías de entidades crediticias están aumentando en nuestra ciudad. Una de las principales causas, parece ser la inacción de las fuerzas policiales.
La modalidad identificada como "salidera bancaria", que tuvo un nuevo caso las emana pasada, “no parece ser un tema del que la policía se esté ocupando”, afirmó Fernando Cuesta, Secretario General de la Asociación de Trabajadores Bancarios local.
“Luego de una serie de pedidos que logramos transformar en ordenanzas, que nosotros impulsamos desde el gremio, algunas medidas se han tomado dentro de las entidades, pero afuera, sigue siendo muy fácil asaltar a los clientes cuando salen, aparentemente con dinero extraído del banco”, agregó el sindicalista.
Según un trabajo realizado por la filial Mar del Plata de la Asociación Bancaria , con datos desde 1999 hasta la actualidad, el pico más alto de "salideras bancarias" se registró en 2006, ya que en menos de un año, el robo en bancos creció el 150 por ciento. El informe señala que el índice de robos de este tipo no es mayor, porque no se registran gran parte de las denuncias correspondientes a la cantidad real de asaltos. De este modo, se cuentan 11 robos en 1999. Al año siguiente bajó a 5, mientras que en 2001 se registró un asalto más, seis. En 2002, sólo se produjeron dos robos, en 2003 se duplicó la cifra, en 2004 y 2005 los números se mantuvieron, siete robos cada año y en 2006 subió considerablemente: hubo en total 17 asaltos, de los cuales 11 fueron salideras.
En lo que va del 2007 ya hubo 10 robos, todos en la modalidad de salideras.
“un gran tema dentro de esta cuestión, es la sospecha de la participación de los trabajadores, por eso reclamamos una fuerte presencia de la policía, para deslindar todas las sospechas, teniendo en cuenta, que los trabajadores, estando igualmente desprotegidos, somos más bien víctimas de estos hechos”, concluyó Cuesta, en nota realizada por FM De la Azotea.
La modalidad identificada como "salidera bancaria", que tuvo un nuevo caso las emana pasada, “no parece ser un tema del que la policía se esté ocupando”, afirmó Fernando Cuesta, Secretario General de la Asociación de Trabajadores Bancarios local.
“Luego de una serie de pedidos que logramos transformar en ordenanzas, que nosotros impulsamos desde el gremio, algunas medidas se han tomado dentro de las entidades, pero afuera, sigue siendo muy fácil asaltar a los clientes cuando salen, aparentemente con dinero extraído del banco”, agregó el sindicalista.
Según un trabajo realizado por la filial Mar del Plata de la Asociación Bancaria , con datos desde 1999 hasta la actualidad, el pico más alto de "salideras bancarias" se registró en 2006, ya que en menos de un año, el robo en bancos creció el 150 por ciento. El informe señala que el índice de robos de este tipo no es mayor, porque no se registran gran parte de las denuncias correspondientes a la cantidad real de asaltos. De este modo, se cuentan 11 robos en 1999. Al año siguiente bajó a 5, mientras que en 2001 se registró un asalto más, seis. En 2002, sólo se produjeron dos robos, en 2003 se duplicó la cifra, en 2004 y 2005 los números se mantuvieron, siete robos cada año y en 2006 subió considerablemente: hubo en total 17 asaltos, de los cuales 11 fueron salideras.
En lo que va del 2007 ya hubo 10 robos, todos en la modalidad de salideras.
“un gran tema dentro de esta cuestión, es la sospecha de la participación de los trabajadores, por eso reclamamos una fuerte presencia de la policía, para deslindar todas las sospechas, teniendo en cuenta, que los trabajadores, estando igualmente desprotegidos, somos más bien víctimas de estos hechos”, concluyó Cuesta, en nota realizada por FM De la Azotea.
LOS COLIMBAS NO SE DIVERTÍAN
La zaga de películas mostraban soldados alegres, de todo el país, unidos, y felices, formándose para defender la patria. Mientras sus autoridades se robaban la patria, torturaban y asesinaban a sus compatriotas, y se quedaban con sus cosas y sus hijos.
La última audiencia desarrollada en el Tribunal Oral Federal permitió allanar varios hechos en los que conscriptos fueron testigos de algunos movimientos importantes para la investigación del Juicio por la Verdad.
En primer lugar prestó declaración Enrique Rodríguez Llames, convocado no por los organismos, sino por el Tribunal, quien hiciera la conscripción en la Base Aérea de Mar del Plata desde marzo de 1976 hasta fines de 1977. Llames relató que durante su servicio estuvo destinado a la sección Adiestramiento de Perros y que la barraca adonde se desempeñaba estaba cerca del radar, que posteriormente fue conocido como el Centro Clandestino de Detención “ La Cueva ”. Cree que la custodia de ese lugar estaba a cargo de personal que no era de la Base Aérea. Recordó que la Base era relativamente pequeña por lo que los movimientos que allí ocurrían se podían conocer. También mencionó que en ese momento habría alrededor de 300 soldados, cuyas tareas eran sobre todo las guardias que abarcaban el perímetro de la Base , indicando que incluía varios puestos: el de la entrada, el lateral correspondiente al sector adonde se encontraban las casas de los oficiales, el del final de la pista, el del polvorín, el del aeropuerto, puestos laterales por la calle Estrada al fondo y uno correspondiente a la casa del Comodoro. A él en particular no le tocó hacer muchas. Las mismas duraban 24 horas y luego había 24 horas de descanso. En cada puesto había dos conscriptos.
También recordó que una vez vio al Oficial Cativa Tolosa, del GADA, dejar su Dodge 1500 en el casino de los oficiales y salir en un Jeep con una chica detenida. Rodríguez Llames agregó que estando de guardia en la Torre del Aeropuerto, una noche vio que subían prisioneros encapuchados, 3 ó 4, a un avión. Las luces del aeropuerto estaban apagadas por lo que todo era muy irregular. Ese avión partió y volvió en menos de dos horas sin los prisioneros. El testigo asoció este hecho a lo que luego se conocieron como “vuelos de la muerte”. Cree que el avión era de la Armada , ya que tenía hélice y así eran los de la Armada en ese entonces. La fecha probable de este hecho pudo ser principios de 1977, pero no lo pudo precisar. También relató que veces los soldados eran llevados a controles en la ruta o en la ciudad. A él le tocó estar en la ruta, en las proximidades de la Base Aérea. En esas oportunidades se pedían los documentos, y si bien había una lista de nombres a la que sólo tenían acceso los oficiales, una vez pudo verla. Reconoció a personas conocidas suyas, de la Universidad , de su actividad deportiva y de su militancia en la JUP. A algunos de ellos pudo avisarles pero el testigo prefirió dar estos nombres en privado. También recordó que algunos de esos nombres eran de compañeros que luego desaparecieron, tal el caso de Eduardo Caballero y Juan Carlos Abachián.
Recordó que el Jefe de la Base era Agustoni y el subjefe Vecchio, pero que ellos nunca se veían. También mencionó a un suboficial de la Policía Militar apodado “Caballo Loco”. Cuándo fue interrogado acerca de un Oficial de apellido Molina, dijo recordarlo como “medio loquito”, siempre con armas y granadas y vinculado a la represión. Nunca lo vio en La Cueva , pero se decía que ingresaba al lugar. Al testigo se le acercó una lista con nombres de quienes se desempeñaron como personal de la Base en aquella época y pudo recordar a Agustoni, Francini, jefe del aeropuerto, Molina, suboficial mayor, Reyna, suboficial a cargo de la tropa, Cativelli, suboficial asignado al aeropuerto, Espeche, suboficial mecánico, Fiappi, su jefe en el adiestramiento de los perros, Gallardo, suboficial mayor. Si bien los veía a diario nunca los oyó hacer ningún comentario acerca de los detenidos en La Cueva. También se le acercó una fotografía y el testigo dijo que podría tratarse del mencionado Molina.
El siguiente testigo fue Miguel Ángel Mitidieri, quien realizó el servicio militar desde febrero de 1975 hasta abril-mayo de 1976 en la Base Naval de Mar del Plata, en la 4ª División Comunicaciones. Como estaba cursando abogacía en la Universidad , pidió prórroga, por lo cual entró a la conscripción con 25 años. Hasta obtener su título, su horario en la Base fue de 6.30 a 12 hs. Después, debió cumplir el horario completo, de 6.30 a 16.30 hs. Su lugar de trabajo era el 4º piso del edificio central de la Base , donde estaba la máquina de radio teletipo. En ella se recibían y enviaban mensajes a la Base de Puerto Belgrano y otras bases sobre cuestiones cotidianas. Dijo que en un cuarto aparte había otra máquina a la que no tenían acceso los conscriptos y que podría haber sido utilizada para comunicaciones de otro tipo. En ese mismo edificio había un comedor y un lugar donde dormían. Recordó que el día 23 de marzo de 1976, el capitán Ortiz, su superior, le indicó que dado que estaban acuartelados y se necesitaban baterías para los intercomunicadores, debía ir a comprarlos, dejar su auto en la casa y volver. Cuando volvió a la Base , el panorama había cambiado completamente: la mayoría de sus compañeros no estaba, habían sido trasladados a localidades cercanas. En cambio, había muchos infantes de Puerto Belgrano que, al parecer, llegaron en un barco que nunca vieron. Se decía que el reemplazo era para evitar que, en caso de enfrentamientos, estos se dieran entre marplatenses y los soldados no dispararan. Desde cuarto piso, observó gran movimiento de entrada y salida. Se escuchó un tiroteo y bombas en el puerto. A la madrugada pudo ver muchos hombres, tal vez unos cien, en ropa interior, incluso descalzos, sentados y esposados bajo un pino muy grande. Eso se repitió en los días subsiguientes. En esos días también, fue requerido por un oficial mientras hacía cola para el almuerzo. Este le indicó que debía pasear por un playón próximo a un detenido que estaba acalambrado, orden que cumplió. Este era un hombre, estaba encapuchado con un bolso naval, que le pidió repetidamente que le dijera en qué lugar estaba. Él no respondió dado que les habían ordenado no hablar para no ser reconocidos posteriormente y así evitar las represalias a ellos o sus familias. El testigo dijo que antes del golpe militar había dos colectivos verdes que estaban destinados al transporte de personal naval dentro de la ciudad. Después del 24 de marzo, esos vehículos dejaron de prestar ese servicio y pudo ver en varias oportunidades, por las noches, que se usaban para sacar detenidos de la Base con las ventanillas tapadas por la puerta principal. Se comentaba que los llevaban a la Base Aérea. En el predio había lugares a los que no podían acceder desde antes del golpe. Aunque no había carteles ni guardias, sabían que serían castigados si no respetaban la orden. Si bien no le consta, se decía que los detenidos estaban en el edificio de la escuela de buzos tácticos, arrodillados, encapuchados, amordazados y con las manos atrás. No recuerda haber visto médicos, abogados ni contadores. Los abogados de los Organismos le facilitaron una lista de conscriptos de la clase 1954 y el reconoció a Jorge Rubén Vergés, Jorge Ernesto Comas, Di Fiori, Di Rocco, Rubén Fabricio, Luis M. Muñoz y Juan José Parietti, quien formó parte del grupo que fue trasladado el día previo al golpe.
La última audiencia desarrollada en el Tribunal Oral Federal permitió allanar varios hechos en los que conscriptos fueron testigos de algunos movimientos importantes para la investigación del Juicio por la Verdad.
En primer lugar prestó declaración Enrique Rodríguez Llames, convocado no por los organismos, sino por el Tribunal, quien hiciera la conscripción en la Base Aérea de Mar del Plata desde marzo de 1976 hasta fines de 1977. Llames relató que durante su servicio estuvo destinado a la sección Adiestramiento de Perros y que la barraca adonde se desempeñaba estaba cerca del radar, que posteriormente fue conocido como el Centro Clandestino de Detención “ La Cueva ”. Cree que la custodia de ese lugar estaba a cargo de personal que no era de la Base Aérea. Recordó que la Base era relativamente pequeña por lo que los movimientos que allí ocurrían se podían conocer. También mencionó que en ese momento habría alrededor de 300 soldados, cuyas tareas eran sobre todo las guardias que abarcaban el perímetro de la Base , indicando que incluía varios puestos: el de la entrada, el lateral correspondiente al sector adonde se encontraban las casas de los oficiales, el del final de la pista, el del polvorín, el del aeropuerto, puestos laterales por la calle Estrada al fondo y uno correspondiente a la casa del Comodoro. A él en particular no le tocó hacer muchas. Las mismas duraban 24 horas y luego había 24 horas de descanso. En cada puesto había dos conscriptos.
También recordó que una vez vio al Oficial Cativa Tolosa, del GADA, dejar su Dodge 1500 en el casino de los oficiales y salir en un Jeep con una chica detenida. Rodríguez Llames agregó que estando de guardia en la Torre del Aeropuerto, una noche vio que subían prisioneros encapuchados, 3 ó 4, a un avión. Las luces del aeropuerto estaban apagadas por lo que todo era muy irregular. Ese avión partió y volvió en menos de dos horas sin los prisioneros. El testigo asoció este hecho a lo que luego se conocieron como “vuelos de la muerte”. Cree que el avión era de la Armada , ya que tenía hélice y así eran los de la Armada en ese entonces. La fecha probable de este hecho pudo ser principios de 1977, pero no lo pudo precisar. También relató que veces los soldados eran llevados a controles en la ruta o en la ciudad. A él le tocó estar en la ruta, en las proximidades de la Base Aérea. En esas oportunidades se pedían los documentos, y si bien había una lista de nombres a la que sólo tenían acceso los oficiales, una vez pudo verla. Reconoció a personas conocidas suyas, de la Universidad , de su actividad deportiva y de su militancia en la JUP. A algunos de ellos pudo avisarles pero el testigo prefirió dar estos nombres en privado. También recordó que algunos de esos nombres eran de compañeros que luego desaparecieron, tal el caso de Eduardo Caballero y Juan Carlos Abachián.
Recordó que el Jefe de la Base era Agustoni y el subjefe Vecchio, pero que ellos nunca se veían. También mencionó a un suboficial de la Policía Militar apodado “Caballo Loco”. Cuándo fue interrogado acerca de un Oficial de apellido Molina, dijo recordarlo como “medio loquito”, siempre con armas y granadas y vinculado a la represión. Nunca lo vio en La Cueva , pero se decía que ingresaba al lugar. Al testigo se le acercó una lista con nombres de quienes se desempeñaron como personal de la Base en aquella época y pudo recordar a Agustoni, Francini, jefe del aeropuerto, Molina, suboficial mayor, Reyna, suboficial a cargo de la tropa, Cativelli, suboficial asignado al aeropuerto, Espeche, suboficial mecánico, Fiappi, su jefe en el adiestramiento de los perros, Gallardo, suboficial mayor. Si bien los veía a diario nunca los oyó hacer ningún comentario acerca de los detenidos en La Cueva. También se le acercó una fotografía y el testigo dijo que podría tratarse del mencionado Molina.
El siguiente testigo fue Miguel Ángel Mitidieri, quien realizó el servicio militar desde febrero de 1975 hasta abril-mayo de 1976 en la Base Naval de Mar del Plata, en la 4ª División Comunicaciones. Como estaba cursando abogacía en la Universidad , pidió prórroga, por lo cual entró a la conscripción con 25 años. Hasta obtener su título, su horario en la Base fue de 6.30 a 12 hs. Después, debió cumplir el horario completo, de 6.30 a 16.30 hs. Su lugar de trabajo era el 4º piso del edificio central de la Base , donde estaba la máquina de radio teletipo. En ella se recibían y enviaban mensajes a la Base de Puerto Belgrano y otras bases sobre cuestiones cotidianas. Dijo que en un cuarto aparte había otra máquina a la que no tenían acceso los conscriptos y que podría haber sido utilizada para comunicaciones de otro tipo. En ese mismo edificio había un comedor y un lugar donde dormían. Recordó que el día 23 de marzo de 1976, el capitán Ortiz, su superior, le indicó que dado que estaban acuartelados y se necesitaban baterías para los intercomunicadores, debía ir a comprarlos, dejar su auto en la casa y volver. Cuando volvió a la Base , el panorama había cambiado completamente: la mayoría de sus compañeros no estaba, habían sido trasladados a localidades cercanas. En cambio, había muchos infantes de Puerto Belgrano que, al parecer, llegaron en un barco que nunca vieron. Se decía que el reemplazo era para evitar que, en caso de enfrentamientos, estos se dieran entre marplatenses y los soldados no dispararan. Desde cuarto piso, observó gran movimiento de entrada y salida. Se escuchó un tiroteo y bombas en el puerto. A la madrugada pudo ver muchos hombres, tal vez unos cien, en ropa interior, incluso descalzos, sentados y esposados bajo un pino muy grande. Eso se repitió en los días subsiguientes. En esos días también, fue requerido por un oficial mientras hacía cola para el almuerzo. Este le indicó que debía pasear por un playón próximo a un detenido que estaba acalambrado, orden que cumplió. Este era un hombre, estaba encapuchado con un bolso naval, que le pidió repetidamente que le dijera en qué lugar estaba. Él no respondió dado que les habían ordenado no hablar para no ser reconocidos posteriormente y así evitar las represalias a ellos o sus familias. El testigo dijo que antes del golpe militar había dos colectivos verdes que estaban destinados al transporte de personal naval dentro de la ciudad. Después del 24 de marzo, esos vehículos dejaron de prestar ese servicio y pudo ver en varias oportunidades, por las noches, que se usaban para sacar detenidos de la Base con las ventanillas tapadas por la puerta principal. Se comentaba que los llevaban a la Base Aérea. En el predio había lugares a los que no podían acceder desde antes del golpe. Aunque no había carteles ni guardias, sabían que serían castigados si no respetaban la orden. Si bien no le consta, se decía que los detenidos estaban en el edificio de la escuela de buzos tácticos, arrodillados, encapuchados, amordazados y con las manos atrás. No recuerda haber visto médicos, abogados ni contadores. Los abogados de los Organismos le facilitaron una lista de conscriptos de la clase 1954 y el reconoció a Jorge Rubén Vergés, Jorge Ernesto Comas, Di Fiori, Di Rocco, Rubén Fabricio, Luis M. Muñoz y Juan José Parietti, quien formó parte del grupo que fue trasladado el día previo al golpe.
OTRO CINE EN MAR DEL PLATA
El centro Cultural América Libre presenta el ciclo "Otro Cine en Mar del Plata". En este marco se podrá disfrutar de buen cine a la gorra. Esto es, un cine construido alrededor del proyecto de socializar la cultura en una sociedad disciplinada a través de la mercantilización del arte. Es entrar libre y salir enriquecido y por eso dar lo que se siente.
Las películas se proyectarán de acuerdo al siguiente cronograma:
Martes 15 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Elephant"
Preselección Festival Latinoamericano de la Clase Obrera :
Miércoles 16 - Facultad de Derecho - 19 horas: "Zanon (construyendo resistencia)" y "Impreso en Chilavert"
Jueves 17 - Sindicato Luz y Fuerza - 19 horas: "Ya no será, la Tabare ", "Retazos de Memoria", "Así somos..., relatos familiares", " B.A.U.E.N. lucha y trabajo" y "Obreros en lucha".
Viernes 18 - Centro Cultural América Libre - 19 horas: "UCI-34 Mercedes Mendez", "Comunidad de locos", "Pasamontañas"
Lunes 21 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "La casa de las dagas voladoras"
Martes 22 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "El jardinero fiel"
Miércoles 23 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Good bye, Lenin"
Jueves 24 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "La sal de la vida"
Viernes 25 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Memorias del saqueo"
Domingo 27 - frente a la Catedral- 18 horas - 21:15 horas: "ConCiencia"
Lunes 28 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Despertando la vida"
Martes 29 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "El jardín de la alegría"Miércoles 30 - Hotel City Cooperativa de Trabajo - 19 horas: Festival Latinoamericano de la Clase Obrera. programación a confirmar en base a la votación que resulte de la preselección.
Las películas se proyectarán de acuerdo al siguiente cronograma:
Martes 15 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Elephant"
Preselección Festival Latinoamericano de la Clase Obrera :
Miércoles 16 - Facultad de Derecho - 19 horas: "Zanon (construyendo resistencia)" y "Impreso en Chilavert"
Jueves 17 - Sindicato Luz y Fuerza - 19 horas: "Ya no será, la Tabare ", "Retazos de Memoria", "Así somos..., relatos familiares", " B.A.U.E.N. lucha y trabajo" y "Obreros en lucha".
Viernes 18 - Centro Cultural América Libre - 19 horas: "UCI-34 Mercedes Mendez", "Comunidad de locos", "Pasamontañas"
Lunes 21 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "La casa de las dagas voladoras"
Martes 22 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "El jardinero fiel"
Miércoles 23 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Good bye, Lenin"
Jueves 24 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "La sal de la vida"
Viernes 25 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Memorias del saqueo"
Domingo 27 - frente a la Catedral- 18 horas - 21:15 horas: "ConCiencia"
Lunes 28 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "Despertando la vida"
Martes 29 - Centro Cultural América Libre - 21:15 horas: "El jardín de la alegría"Miércoles 30 - Hotel City Cooperativa de Trabajo - 19 horas: Festival Latinoamericano de la Clase Obrera. programación a confirmar en base a la votación que resulte de la preselección.
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