La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobó un proyecto de ley que procura dar una solución definitiva al problema de posesión de los bienes de las fábricas recuperadas, de las cuales existen dos en Olavarría (la calera Peñadura y la fábrica de bolsas de papel Bolsas Olavarría) y una en Saladillo (el molino harinero Molinera de Saladillo).
Hasta el momento la totalidad de las empresas recuperadas poseen una tenencia precaria mientras avanzan los juicios de quiebra de los propietarios originales y por ello la Cámara Baja, con un proyecto del que coautora la diputada Alicia Tabarés de González Hueso, se dispone la suspensión temporaria de los procesos judiciales y se establece que el PE determinará "la viabilidad económica y jurídica de cada fábrica" y una vez determinada esa aptitud se iniciará un proceso expropiatorio.
Una vez consolidada la expropiación -dice la iniciativa- las cooperativas de trabajo deberán pagar al Estado el valor de la propiedad de los bienes inmuebles, muebles e intangibles en un plazo de diez años en cuotas semestrales, con tres años de gracia.
El proyecto fue acompañado por miembros de cooperativas de trabajo que habían colmado las gradas del recinto de sesiones.
Los argumentos
La legisladora olavarriense, al fundamentar el proyecto, expresó que "desde hace muchos años venimos acompañando las fábricas recuperadas por cooperativas de trabajo, llamadas también 'empresas sin patrones' ".
"Este verdadero fenómeno económico, social y en gran medida cultural permitió que muchas empresas desaparecieran y que se siguieran sumando desocupados a los millones que ya había", agregó.
"Esas cooperativas -continuó- defendieron la producción y sus fuentes de trabajo y generaron casi un milagro que les quemó los papeles a los economistas llamados ortodoxos, que sostienen que sin empresa no hay trabajo: los trabajadores y trabajadoras ratificaron que sin trabajo no hay empresa".
Recordó luego que "esta Cámara se ocupó siempre del tema y a principios de 2000 aprobó la ley de cooperativización del frigorífico Yaguané. Después vinieron muchas más y me tocó ser impulsora de algunas de ellas porque afectaba directamente a gente de mi sección electoral: dos empresas en Olavarría y una en Saladillo".
Más adelante mencionó que "esos trabajadores, que habían dejado parte de sus vidas en esas plantas moribundas y que habían edificado sus sueños sobre la base de esos trabajos, veían que, brutalmente, todo parecía venirse abajo".
Su intervención en el tema -prosiguió- "no fue solamente una cuestión de responsabilidad como legisladora ni algo de raíz ideológica sino una conmovedora e intensa vivencia personal porque vi y compartí el dolor, la incertidumbre, el miedo al futuro y también la bronca de los trabadores".
"Y también vi -destacó- la decisión de salir de ese oscuro pozo de angustia y afrontar el enorme desafío con mucho de garra y algo de quimera".
Luego expresó: "Estas empresas sin patrones son un verdadero movimiento de resistencia a las leyes del mercado que el pensamiento neoliberal esgrimía como una verdad revelada. Estas empresas son hijas de un enfoque distinto de la economía; son hijas de la economía social, un concepto que compartimos y promovemos".
Luego de resaltar las virtudes de la economía social, Alicia Tabarés dijo que "de los tantos emprendimientos que surgieron bajo este modelo, algunos quedaron en el camino pero muchos otros demostraron que saben y pueden y hoy están produciendo de manera ejemplar. Sin embargo continúan en una especie de limbo jurídico porque los títulos de propiedad no están saneados".
Por eso, finalizó, "hemos tratado de dotar al Poder Ejecutivo de un instrumento que le permita resolver cómo adquirirán sus títulos de propiedad esas cooperativas (porque) aquí hay una Argentina que se ha puesto de pie y debe continuar por ese camino. Las empresas recuperadas son una forma de justicia social que merecen nuestro apoyo".
Fuente: Diario El Popular
