Aunque no suele aparecer en los medios con tanto énfasis como a mediados del año pasado, el Puerto sigue siendo noticia. Y no justamente porque la situación de los trabajadores haya mejorado. Nada más alejado de ese escenario. En este caso, treinta personas son las que se han quedado sin trabajo de buenas a primeras. Se trata de la Planta Nuevo Rumbo, propiedad de Sebastián Garófalo y ubicada en la calle Vértiz 2878. “Nosotros empezamos a cortar pescado para Garófalo durante el conflicto del año pasado. Eso hizo que nos pusieramos a compañeros en contra nuestra porque nos llamaban traidores. Pero lo hacíamos porque necesitábamos la moneda”, contó en diálogo con FM de la Azotea Jorge Capitaneo, uno de los fileteros. “Desde hace un tiempo nos venían dando vales de treinta o cuarenta pesos por semana. Y la promesa era que entre el lunes o martes se iba a comunicar con nosotros y nos iba a dar pescado para trabajar. Pero no se comunicó y cuando intentamos hablar con él hoy nos dijo que no tenía nada que ver con nosotros y nos pidió que no lo molestaramos”, agregó.Ante esta situación, Capitaneo explicó que en su momento decidió trabajar para Garófalo porque “mis hijos se estaban cagando de hambre. Yo estuve en el piquete pero con el piquete no les daba de comer”. Y agregó que cuando le recordaron al dueño de la Planta Nuevo Rumbo que ellos le habían cortado el pescado en ese momento, este le contestó que “eso ya pasó. Se solucionó y yo tengo mi gente”.
El Ministerio de Trabajo de la Provincia, por su parte, no ha tomado cartas en el asunto. “San Martin se lavó las manos”, señaló Capitaneo. “Nos dijo que vayamos al Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP). Pero ya sabemos que el Sindicato no se quiere hacer cargo de los trabajadores en negro como nosotros”. Por último, al ser consultado acerca de las medidas a tomar, Capitaneo indicó que “nos vamos a quedar en el frigorífico hasta que tengamos una salida favorable. Que nos den trabajo o se nos indemnice como corresponde.”
