El presidente de Bolivia, Evo Morales, reiteró que su gobierno está empeñado en mantener la unidad del país, tras reconocer las dificultades para romper con el estado colonial profundizado por el neoliberalismo. Morales encabezó uno de los actos por las celebraciones del Bicentenario de Bolivia, cuyos festejos vuelven a enfrentar al oficialismo y la oposición.
"De verdad no se puede fácilmente cambiar esa mentalidad que nos dejaron los anteriores
gobiernos, la colonia, la república", aseguró Morales en la población de Monteagudo, en el discurso que abrió las celebraciones del Bicentenario de la Emancipación de Bolivia de la corona española, según reseñó la Agencia Boliviana de Información.
No obstante, el mandatario insistió en que su gobierno está empeñado en garantizar la unidad del país, "con dignidad, con igualdad para todos los bolivianos", y llamó a responder con responsabilidad al sacrificio de "tantos líderes que dieron su vida por nosotros".
Al respecto, resaltó que después de "tantos levantamientos, finalmente nuestros antepasados, indígenas, mestizos y criollos consolidaron la independencia" y aseguró que la lucha continúa para liberar a Bolivia de los "distintos imperios" y del saqueo permanente de los recursos naturales y del sometimiento de los pueblos.
La conmemoración del Bicentenario encuentra a Bolivia dividida, lo que quedará reflejado en los actos, que realizarán por separado el oficialismo y la oposición.
Morales eligió para el acto central del gobierno el municipio rural de El Villar, 230 kilómetros al sur de Sucre, la capital política de Bolivia, en tanto sus opositores permanecerán en esa ciudad con la presencia de dos ex mandatarios y sin honores militares.
La conmemoración se inició ayer con el tañido de la "Campana de la Libertad" y encendido de una tea en el templo católico San Francisco, de Sucre, acto al que asistió un solo opositor, el presidente del Senado, Oscar Ortiz.
Fuente: www.pagina12.com.ar
lunes, 25 de mayo de 2009
CORREA, CHÁVEZ Y EVO JUNTOS
Flanqueado por el venezolanto Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales, el presidente ecuatoriano Rafael Correa conmemoró el aniversario de la Batalla del Pichincha, que selló la independencia nacional, y anunció que profundizará al máximo su “revolución ciudadana”. Correa ratificó también su compromiso con la integración latinoamericana y su posición bolivariana.
En el discurso pronunciado en el Templo de la Patria, un gran museo histórico construido en las faldas del volcán Pichincha, a cuyo pie se levanta la ciudad capital Quito, Correa dijo que este día los ecuatorianos celebran “dos nacimientos libertarios”. El primero de ellos, precisó, porque en las faldas de esa montaña, el 24 de mayo de 1822, se libró la Batalla del Pichincha, que puso fin al dominio colonial español en Sudamérica. El segundo “nacimiento libertario”, dijo Correa, se dio el pasado 26 de abril, en los comicios generales, cuando fue reelegido para un nuevo mandato de cuatro años, hecho que –según él– demuestra apoyo del pueblo a su “revolución ciudadana”. El pueblo eligió “la revolución profunda, rápida y en paz”, resumió el mandatario. Destacó las visitas de Chávez y Morales, esta última no prevista, para asistir a la ceremonia por la independencia, y parafraseó a Bolívar: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”.
Además, el gobernante ecuatoriano recordó que se reunió con Chávez en el V Encuentro Presidencial Ecuador-Venezuela, en el que ambos mandatarios pasaron revista a los proyectos bilaterales, y destacó los avances registrados en materia energética y petrolera.
Correa mencionó el proyecto de canje de crudo ecuatoriano por derivados de petróleo venezolano, que le han ahorrado a su país 252 millones de dólares en dos años, así como los avances en el proyecto para la construcción de un complejo petroquímico en la provincia costera de Manabí (oeste).
Correa mencionó el proyecto de canje de crudo ecuatoriano por derivados de petróleo venezolano, que le han ahorrado a su país 252 millones de dólares en dos años, así como los avances en el proyecto para la construcción de un complejo petroquímico en la provincia costera de Manabí (oeste).
Asimismo, señaló el inicio de la exploración de gas en el golfo de Guayaquil, específicamente en la isla Puná, pero criticó el hecho de que opositores hayan irrumpido ayer en esas instalaciones para ensombrecer el proyecto, en momentos en que él se reunía con Chávez. Correa y Chávez han insistido en solicitar a sus socios sudamericanos afianzar el Banco del Sur y el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre) como mecanismos para robustecer la integración de la región.
Chávez recordó que el Banco del Sur y el Sucre son dos de los instrumentos que han probado varios países latinoamericanos para crear un espacio económico común. Ni Correa ni Chávez dejaron escapar anoche la oportunidad para criticar el capitalismo y evocar el “socialismo del siglo XXI”, que ambos pregonan, e insistieron que la crisis financiera internacional es culpa del neoliberalismo.
Fuente: www.criticadigital.com
SEIS CHÉVERES NACIONALIZACIONES DE CHAVEZ
Chávez comunicó nuevas nacionalizaciones. El objetivo es potenciar el desarrollo de un modelo industrial socialista, afirmó. La medida involucra al grupo Techint, que repudió el hecho. La UIA, AEA y Adeba se sumaron y pidieron la intervención del Gobierno.
“El sector briquetero, nacionalícese. No hay nada que discutir.” Con esas dos frases, el presidente venezolano, Hugo Chávez, anticipó ayer su decisión de estatizar un amplio número de empresas siderúrgicas, entre las que se encuentran tres compañías sobre las que tiene participación accionaria el grupo Techint.
El anuncio lo hizo durante un acto oficial con sindicalistas de la región minera de Guayana, quienes se encuentran en conflicto con esas empresas desde hace más de seis meses. El objetivo oficial de las nacionalizaciones es desarrollar un sector clave de la economía mediante la creación de un gran complejo industrial estatal (ver aparte). Desde Buenos Aires, el holding comandado por Paolo Rocca lanzó un inmediato repudio a la medida, que fue imitado por la Unión Industrial Argentina –que en los hechos responde a Techint—, por la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y por la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba).
De acuerdo con fuentes empresarias, esas entidades hicieron llegar su enojo al Gobierno, que recientemente intercedió por Techint en el proceso de nacionalización de la siderúrgica venezolana Sidor, por la cual el gobierno de Chávez se comprometió a pagar 1970 millones de dólares.
Ternium, el holding que agrupa a las empresas siderúrgicas de Techint, emitió un comunicado desde el paraíso fiscal de Luxemburgo, adonde tiene su sede societaria, para informar a la Bolsa de Buenos Aires sobre la situación. “Todavía no se han proporcionado detalles” de la operación, indicó. Más verborrágico estuvo Luis Betnaza, director de Asuntos Públicos del grupo: “Estamos absolutamente sorprendidos. Ya habíamos tenido la experiencia de la nacionalización de Sidor y parecía que ése era el último de este tipo de accidentes en Venezuela”, declaró. “Es un hecho absolutamente insólito, máxime el contexto de la enorme hospitalidad” que recibió Chávez en sus vistas a la Argentina, la última de ellas la semana pasada, interpretó. Betnaza remarcó que ya son cinco las empresas de Techint que terminan nacionalizadas en Venezuela. “Esto condiciona la relación entre la Argentina y Venezuela”, opinó el ejecutivo.
La decisión se precipitó como consecuencia de los conflictos laborales que en los últimos meses se intensificaron en las empresas siderúrgicas básicas, situadas en el oeste de ese país. Según dirigentes del sector, los trabajadores de las compañías en conflicto no cobran sus salarios desde hace medio año y solicitaron la intervención oficial. Entre las productoras de hierro se encuentran Tubos de Acero de Venezuela (Tavsa), Materiales Siderúrgicos (Matesi) y Complejo Siderúrgico de Guayana (Comsigua), todas pertenecientes al Grupo Techint. Sobre las primeras dos firmas, el holding que preside Rocca cuenta con una mayoría accionaria, mientras que en la tercera tiene una participación minoritaria.
Chávez concluyó la conformación de una gran empresa estatal “socialista” sobre la que no se suministraron más detalles. “Hagamos ese plan de un sólo gran complejo industrial integrado. El sector briquetero (de producción de briquetas o placas de hierro), nacionalícese”, sentenció. El mandatario consideró que “no hay nada que discutir”, y ordenó públicamente que “comience de una vez el proceso de nacionalización”. En la lista de empresas que mencionó, además de las tres vinculadas a Techint, se destacan Orinoco Iron y Venprecar, que forman parte de la compañía venezolana International Briquettes Holding, que vende briquetas de hierro compactadas en caliente. “Todas estas empresas no son mías ni de ustedes, son del pueblo. Todo esto debe ser asumido con responsabilidad y con sentido de integración entre el gobierno y los trabajadores”, sostuvo Chávez.
El gobierno venezolano ya había nacionalizado Sidor, la mayor acería del área andina y del Caribe, que pertenecía al conglomerado Techint. También fue como respuesta a un conflicto gremial. A principios de este mes, el grupo Techint anunció haber llegado a un acuerdo para vender su paquete accionario de Sidor, de 59,7 por ciento, en 1970 millones de dólares al Estado venezolano. La política de nacionalizaciones abarca a industrias estratégicas, entre ellas la petrolera, la de telecomunicaciones, la de electricidad, la de cemento y la siderúrgica, así como el sector bancario.
No bien se difundieron las declaraciones de Chávez, las principales cámaras empresarias argentinas emitieron comunicados muy similares para atacar la medida. “AEA manifiesta su profundo rechazo a esta nueva estatización de empresas argentinas del grupo Techint”, dice el de esa entidad que agrupa a las mayores empresas del país. “La UIA repudia una nueva nacionalización de empresas industriales argentinas en Venezuela”, sostiene el de la central fabril. “Adeba manifiesta su rechazo ante una medida arbitraria que lesiona intereses legítimos de una empresa argentina pacíficamente radicada en la hermana República de Venezuela”, completa el comunicado de los banqueros.
Los empresarios esperan que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se ocupe rápidamente del tema. “Las inversiones argentinas en el exterior son parte fundamental de la proyección internacional de nuestro país. En este sentido, AEA valora toda mediación del gobierno argentino ante Venezuela para evitar que esta acción se concrete”, dice sin vueltas la entidad en su comunicado. El gobierno ayer guardó silencio.
Fuente: www.pagina12.com.ar
“El sector briquetero, nacionalícese. No hay nada que discutir.” Con esas dos frases, el presidente venezolano, Hugo Chávez, anticipó ayer su decisión de estatizar un amplio número de empresas siderúrgicas, entre las que se encuentran tres compañías sobre las que tiene participación accionaria el grupo Techint.
El anuncio lo hizo durante un acto oficial con sindicalistas de la región minera de Guayana, quienes se encuentran en conflicto con esas empresas desde hace más de seis meses. El objetivo oficial de las nacionalizaciones es desarrollar un sector clave de la economía mediante la creación de un gran complejo industrial estatal (ver aparte). Desde Buenos Aires, el holding comandado por Paolo Rocca lanzó un inmediato repudio a la medida, que fue imitado por la Unión Industrial Argentina –que en los hechos responde a Techint—, por la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y por la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba).
De acuerdo con fuentes empresarias, esas entidades hicieron llegar su enojo al Gobierno, que recientemente intercedió por Techint en el proceso de nacionalización de la siderúrgica venezolana Sidor, por la cual el gobierno de Chávez se comprometió a pagar 1970 millones de dólares.
Ternium, el holding que agrupa a las empresas siderúrgicas de Techint, emitió un comunicado desde el paraíso fiscal de Luxemburgo, adonde tiene su sede societaria, para informar a la Bolsa de Buenos Aires sobre la situación. “Todavía no se han proporcionado detalles” de la operación, indicó. Más verborrágico estuvo Luis Betnaza, director de Asuntos Públicos del grupo: “Estamos absolutamente sorprendidos. Ya habíamos tenido la experiencia de la nacionalización de Sidor y parecía que ése era el último de este tipo de accidentes en Venezuela”, declaró. “Es un hecho absolutamente insólito, máxime el contexto de la enorme hospitalidad” que recibió Chávez en sus vistas a la Argentina, la última de ellas la semana pasada, interpretó. Betnaza remarcó que ya son cinco las empresas de Techint que terminan nacionalizadas en Venezuela. “Esto condiciona la relación entre la Argentina y Venezuela”, opinó el ejecutivo.
La decisión se precipitó como consecuencia de los conflictos laborales que en los últimos meses se intensificaron en las empresas siderúrgicas básicas, situadas en el oeste de ese país. Según dirigentes del sector, los trabajadores de las compañías en conflicto no cobran sus salarios desde hace medio año y solicitaron la intervención oficial. Entre las productoras de hierro se encuentran Tubos de Acero de Venezuela (Tavsa), Materiales Siderúrgicos (Matesi) y Complejo Siderúrgico de Guayana (Comsigua), todas pertenecientes al Grupo Techint. Sobre las primeras dos firmas, el holding que preside Rocca cuenta con una mayoría accionaria, mientras que en la tercera tiene una participación minoritaria.
Chávez concluyó la conformación de una gran empresa estatal “socialista” sobre la que no se suministraron más detalles. “Hagamos ese plan de un sólo gran complejo industrial integrado. El sector briquetero (de producción de briquetas o placas de hierro), nacionalícese”, sentenció. El mandatario consideró que “no hay nada que discutir”, y ordenó públicamente que “comience de una vez el proceso de nacionalización”. En la lista de empresas que mencionó, además de las tres vinculadas a Techint, se destacan Orinoco Iron y Venprecar, que forman parte de la compañía venezolana International Briquettes Holding, que vende briquetas de hierro compactadas en caliente. “Todas estas empresas no son mías ni de ustedes, son del pueblo. Todo esto debe ser asumido con responsabilidad y con sentido de integración entre el gobierno y los trabajadores”, sostuvo Chávez.
El gobierno venezolano ya había nacionalizado Sidor, la mayor acería del área andina y del Caribe, que pertenecía al conglomerado Techint. También fue como respuesta a un conflicto gremial. A principios de este mes, el grupo Techint anunció haber llegado a un acuerdo para vender su paquete accionario de Sidor, de 59,7 por ciento, en 1970 millones de dólares al Estado venezolano. La política de nacionalizaciones abarca a industrias estratégicas, entre ellas la petrolera, la de telecomunicaciones, la de electricidad, la de cemento y la siderúrgica, así como el sector bancario.
No bien se difundieron las declaraciones de Chávez, las principales cámaras empresarias argentinas emitieron comunicados muy similares para atacar la medida. “AEA manifiesta su profundo rechazo a esta nueva estatización de empresas argentinas del grupo Techint”, dice el de esa entidad que agrupa a las mayores empresas del país. “La UIA repudia una nueva nacionalización de empresas industriales argentinas en Venezuela”, sostiene el de la central fabril. “Adeba manifiesta su rechazo ante una medida arbitraria que lesiona intereses legítimos de una empresa argentina pacíficamente radicada en la hermana República de Venezuela”, completa el comunicado de los banqueros.
Los empresarios esperan que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se ocupe rápidamente del tema. “Las inversiones argentinas en el exterior son parte fundamental de la proyección internacional de nuestro país. En este sentido, AEA valora toda mediación del gobierno argentino ante Venezuela para evitar que esta acción se concrete”, dice sin vueltas la entidad en su comunicado. El gobierno ayer guardó silencio.
Fuente: www.pagina12.com.ar
PRIMER JUICIO EN MAR DEL PLATA
Comenzará mañana martes, con jueces del distrito de La Plata y con Pedro Pablo Mansilla y Alejandro Guillermo Duret en el banquillo de los acusados, imputados por el secuestro y desaparición de Carlos Labolita. Los magistrados locales fueron cuestionados por “temor de parcialidad”, tras haber participado en la causa conocida como “Juicio por la Verdad”.Este juicio lo tramitarán los magistrados Carlos Rozanski, (condenó a Etchecoltz) Alejandro Esmoris y Nelson Jarazo, todos integrantes de los tribunales orales federales de La Plata, quienes dirigirán el debate luego de que los miembros titulares del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata fuesen apartados, en diciembre último, por la Cámara Nacional de Casación Penal.
En esa oportunidad la Sala IV acogió favorablemente la recusación planteada por la defensa de Mansilla que cuestionó a los jueces Néstor Rubén Parra, Roberto Atilio Falcone y Mario Portela por haber intervenido en el "juicio por la verdad" en el que fueron investigados los mismos hechos que llevaron al represor a juicio oral y público.
El planteo se basó "en el supuesto "temor de parcialidad" planteado por Mansilla que le generaba que los magistrados hubiesen actuado en la causa conocida como "juicio por la verdad" y caratulada "Colegio Público de Abogados de Mar del Plata y otros" que denunciaba la "desaparición forzada de personas".
Los defensores de Mansilla señalaron que, como los jueces cuestionados ya habían tomado declaración testimonial a Carlos Orlando Labolita (padre de la víctima), podrían estar influenciados por esa circunstancia ya que, si bien el "juicio por la verdad no tuvo finalidad punitiva" los magistrados "ejercieron actividades y funciones judiciales”.
Carlos Labolita desapareció en febrero de 1976 en la localidad de Las Flores.
Fuente: http://www.loquepasa.net/
En esa oportunidad la Sala IV acogió favorablemente la recusación planteada por la defensa de Mansilla que cuestionó a los jueces Néstor Rubén Parra, Roberto Atilio Falcone y Mario Portela por haber intervenido en el "juicio por la verdad" en el que fueron investigados los mismos hechos que llevaron al represor a juicio oral y público.
El planteo se basó "en el supuesto "temor de parcialidad" planteado por Mansilla que le generaba que los magistrados hubiesen actuado en la causa conocida como "juicio por la verdad" y caratulada "Colegio Público de Abogados de Mar del Plata y otros" que denunciaba la "desaparición forzada de personas".
Los defensores de Mansilla señalaron que, como los jueces cuestionados ya habían tomado declaración testimonial a Carlos Orlando Labolita (padre de la víctima), podrían estar influenciados por esa circunstancia ya que, si bien el "juicio por la verdad no tuvo finalidad punitiva" los magistrados "ejercieron actividades y funciones judiciales”.
Carlos Labolita desapareció en febrero de 1976 en la localidad de Las Flores.
Fuente: http://www.loquepasa.net/
Suscribirse a:
Entradas (Atom)