lunes, 9 de junio de 2008

RATIFICACIÓN EN LAS RETENCIONES E IMPLEMENTACIÓN DE PLAN SOCIAL DE REDISTRIBUCIÓN

A tres meses de la instauración de la política de retenciones móviles para la exportación de maíz, trigo y soja, la presidenta en su discurso ayer en la casa rosada dio a conocer un plan social de redistribución de las riquezas que contará con un presupuesto de 1.300 millones de pesos anuales provenientes de las medidas implementada por el gobierno y que serán destinadas a fines sociales.

El dia en que el paro se levantaba y las entidades rurales exigían reuniones y explicaciones, Cristina Fernández de Kirchner en su discurso en la casa rosada cadena nacional mediante blanqueaba el destino del dinero proveniente de las retenciones. Los 1.300 millones de pesos anuales que serán destinados en un 60 por ciento a la salud (hospitales y centro de salud) en un 20 por ciento a viviendas rurales y urbanas populares y en un 20 por ciento a caminos rurales.

Con los valores actuales, ése sería el excedente que dejaría el nuevo formato respecto al 35% previo al conflicto. "El Estado no quiere cerrar las cuentas fiscales, quiere cerrar la cuenta social. Tengo la obligación como Presidenta de dar ese gesto institucional", sostuvo la mandataria.

Respuesta para aquellos productores agropecuarios que desde hace tres meses se preguntaban que iba a pasar con el dinero de las retenciones y acusaban al gobierno de promover una medida confiscatoria y anticonstitucional.

En su discurso la presidenta habló de seguridad alimenticia y redistribución de la riqueza como fin primordial de las retenciones. En cuanto a la seguridad alimenticia Cristina Fernández de Kirchner anunció, “Cada diez kilos de soja nueve se van al exterior, de cada diez litros de leche, se exportan tan solo 1 litro y de cada diez kilos de carne se exportan tan solo dos kilos” dejando en claro los intereses de las entidades agropecuarias creadoras de “lock out” patronal. También se refirió a dicho sector como “un sector con rentabilidad extraordinaria y sin riesgos”.

En un discurso de tono medido la mandataria sorprendió con un pedido de “disculpas si en estos 90 días algún dicho o gesto ofendió a alguien”. También declaró que el error del gobierno fue la “ingenuidad política de no advertir los efectos de tocar la renta extraordinaria de un sector, una parte, para redistribuir mejor el ingreso".

Al acto acudieron además del gabinete nacional, gobernadores, intendentes, empresarios y banqueros. También estaban las abuelas y madres de plaza de mayo y diversas organizaciones sociales.

A poco del final del discurso, que duró alrededor de 25 minutos, la presidenta dijo que “Hay mucha deuda pendiente y mientras haya un pobre en la Argentina no habrá victoria alguna” y también pidió que se “trabaje en paz y se deje a los argentinos a ejercer sus derechos libremente”.

El gobierno justificó el fin de las retenciones móviles y aunque las entidades del campo no estén de acuerdo, las medidas de fuerza ya pierden legitimidad. La redistribución de las riquezas es una necesidad y este blanqueo sin duda descoloca a quienes piensan en una centralización de poder. Será cuestión de confiar y esperar con ilusión sin desabastecimiento ni medidas de fuerzas.