CON LA BASURA DE MAR DEL PLATA, SE ABASTECERÍA ENERGÍA PARA TODO BATÁN

La idea, el proyecto, el cálculo, y una serie de resultados, tan positivos que les significó varios premios y ferias de ciencias ganados, es de chicos de un polimodal. Estudiantes de la Escuela Técnica Número 5, construyeron un prototipo de Biodigestor que puede hacer gas a partir de desechos orgánicos y estiércol. Y no solo eso, sino que, concluyeron que, con un dispositivo a mayor escala, y a partir de aprovechar parte de la montaña de residuos que se dispone en el predio municipal, se podría alimentar a un área poblada similar a toda la localidad de Batán, de energía para iluminación y calefacción.
“Hemos presentado el proyecto varias veces ante las autoridades, lo declararon de interés y todo, pero después no sé, como son estas cosas”, dijo Lilina Giménez, ayudante del laboratorio de la escuela, y encargada de este proyecto. La docente fue consultada por FM De la Azotea, en medio de las negociaciones para que en el Parque Industrial se instale una empresa privada que produzca biodiesel. Lo paradójico es que el emprendimiento, generado por un empresario marplatense, tendrá como principal comprador del combustible que se produzca, a la propia municipalidad. Lo que se dice, un negocio redondo. En el que ya forman parte, Obras Sanitarias y la Universidad Privada Fasta. Con el agregado de que hay discusiones mundiales sobre la conveniencia o no de este combustible. Mientras sus defensores plantean el uso de una fuente alternativa, no contaminante y de recuperación de desechos, en la otra vereda hay fuertes críticas. Las que señalan que de todas formas es necesario contar con petróleo para su producción, en la que no hay desechos suficientes para lograr grandes cantidades, por lo que sería indispensable sembrar y cosechar ciertos alimentos (girasol, maíz, arroz, entre otros) para tener insumos para el proceso del biodiesel. Y esto solo es posible en grandes extensiones, con las que no cuentan los países interesados en impulsar su producción, como los Estados Unidos, desde donde se nos presenta la opción, como una salvación ecológica y sustentable. Mientras tanto, otros proyectos, que han mostrado su eficacia y conveniencia, y son pensados y desarrollados en una escuela de la ciudad, duermen el sueño de las utopías, que tal vez sean para algunos, pesadillas que interfieren en grandes negociados, como el de la basura en nuestra ciudad.