Por Augusto Taglioni
“No tenemos guerras santas, tenemos guerras justas”, expresa impunemente el embajador israelí, Daniel Gazit, en una marcha convocada por organizaciones sionistas que apoyan el genocidio que Israel realiza en Franja de Gaza. Paradójicamente, existe una coincidencia con el ladero terrorista de Israel en Argentina, ya que, es verdad, no estamos en presencia de una guerra santa, sino que estamos frente una guerra entre opresores y oprimidos.
Lógica imperial que el mal llamado “Estado” de Israel efectiviza en territorio palestino, desde 1949, cuando las Naciones Unidas decidió que allí donde vivía un pueblo, se practicaba una cultura y la idiosincrasia era tal, se proclame un estado, despojando a los palestinos de su tierra, dando lugar en 24 horas a la “independencia” express sionista. El “estado” de Israel funciona de marioneta de los Estados Unidos, con las mismas lógicas imperiales que los yanquis y que a lo largo de los años, despojó a un pueblo de su tierra, realizando un holocausto criminal.
En otras de las declaraciones del embajador de Israel, pudimos oír que “esta es la guerra contra el terror”. Nuevamente estamos de acuerdo con el señor Gazit, el terror perpetrado por el fascismo de Israel y sus jefes, Estados Unidos y todas las grandes corporaciones que apoyan la lucha contra el “terrorismo”, terrorismo que ellos practican hace 60 años.
Asimismo, pudimos observar el nulo arrepentimiento de la comunidad judía, en su gran mayoría, por la masacre que ejecuta el ejército invasor. Estos sectores plantean que “no hay otra alternativa”, nunca tan de acuerdo, no hay alternativa, la misma es resistir, como resiste el pueblo palestino y su organización revolucionaria, Hamas, que con lucha, patriotismo y valentía resisten la embestida del imperialismo. Resistencia idéntica a la gran victoria de Hezbolah, en el Líbano, en el año 2006.
Parece difícil intentar tomar alguna postura acerca de este conflicto, enseguida el sionismo tilda de terroristas a quienes resisten (el mismo criterio de terrorismo planteado por Bush y sus laderos) y antisemita a quienes combaten y repudian los crímenes de lesa humanidad de Israel a Palestina. Es fácil apelar a la tibia postura de la “teoría de los dos demonios” o llamar a la paz y tregua cuando hay centenares de mujeres y niños que mueren por minuto. “Frío o caliente, lo tibio lo vomito”, decía Evita.
Ejemplo de compromiso con los pueblos es la del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con la ruptura inmediata de las relaciones diplomáticas con Israel y la expulsión del embajador Israelí de territorio venezolano. Por su parte, Nula fue la actitud de Argentina en este caso, ya que cuenta con la segunda comunidad judía mas grande del mundo, después de Estados Unidos e incluso es tierra de marchas reaccionarias en apoyo al ataque Israelí a Franja de Gaza, un tilde bien argentino, que no optó por repudiar la usurpación sionista, en ninguna faceta de la historia, que es larga.
Lógica imperial que el mal llamado “Estado” de Israel efectiviza en territorio palestino, desde 1949, cuando las Naciones Unidas decidió que allí donde vivía un pueblo, se practicaba una cultura y la idiosincrasia era tal, se proclame un estado, despojando a los palestinos de su tierra, dando lugar en 24 horas a la “independencia” express sionista. El “estado” de Israel funciona de marioneta de los Estados Unidos, con las mismas lógicas imperiales que los yanquis y que a lo largo de los años, despojó a un pueblo de su tierra, realizando un holocausto criminal.
En otras de las declaraciones del embajador de Israel, pudimos oír que “esta es la guerra contra el terror”. Nuevamente estamos de acuerdo con el señor Gazit, el terror perpetrado por el fascismo de Israel y sus jefes, Estados Unidos y todas las grandes corporaciones que apoyan la lucha contra el “terrorismo”, terrorismo que ellos practican hace 60 años.
Asimismo, pudimos observar el nulo arrepentimiento de la comunidad judía, en su gran mayoría, por la masacre que ejecuta el ejército invasor. Estos sectores plantean que “no hay otra alternativa”, nunca tan de acuerdo, no hay alternativa, la misma es resistir, como resiste el pueblo palestino y su organización revolucionaria, Hamas, que con lucha, patriotismo y valentía resisten la embestida del imperialismo. Resistencia idéntica a la gran victoria de Hezbolah, en el Líbano, en el año 2006.
Parece difícil intentar tomar alguna postura acerca de este conflicto, enseguida el sionismo tilda de terroristas a quienes resisten (el mismo criterio de terrorismo planteado por Bush y sus laderos) y antisemita a quienes combaten y repudian los crímenes de lesa humanidad de Israel a Palestina. Es fácil apelar a la tibia postura de la “teoría de los dos demonios” o llamar a la paz y tregua cuando hay centenares de mujeres y niños que mueren por minuto. “Frío o caliente, lo tibio lo vomito”, decía Evita.
Ejemplo de compromiso con los pueblos es la del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con la ruptura inmediata de las relaciones diplomáticas con Israel y la expulsión del embajador Israelí de territorio venezolano. Por su parte, Nula fue la actitud de Argentina en este caso, ya que cuenta con la segunda comunidad judía mas grande del mundo, después de Estados Unidos e incluso es tierra de marchas reaccionarias en apoyo al ataque Israelí a Franja de Gaza, un tilde bien argentino, que no optó por repudiar la usurpación sionista, en ninguna faceta de la historia, que es larga.
¿Por qué Usurpación?
Sería, para meternos en definiciones técnicas, la apropiación injusta de una cosa que pertenece o corresponde a otra persona, especialmente de su cargo, su función o identidad. Delito que consiste en apoderarse de ese “algo” mediante amenazas.
Hablamos de bienes, un derecho, de una identidad.
La otra bandera que se levantan en estos casos, como todo estado invasor imperialista, es la de la democracia.
¿Que es la democracia entonces?
Teóricamente es una forma de organización de grupos de personas, cuya caracteristica mas importante se plantea en que el poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad de esos miembros del grupo. En definitiva, igualdad entre pares.
¿Quién decide lo verdaderamente democrático? ¿Quién pretende plantar una identidad nueva en un suelo ya fecundo de cultura y costumbres?
Resulta extraño que los dos conceptos anteriormente mencionados, estén profundamente relacionados, no? Quienes levantan la bandera de la democracia, violan los derechos de los pueblos, de la manera más democráticamente posible, con apoyo de organismos internacionales y comunidades que por omisión actúan como cómplices del imperio.
“El amanecer se construye con la resistencia de los pueblos”, soslayó el premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel. Hoy mas que nunca la resistencia de los pueblos es renvindicada. Pueblos que luchan con dignidad frente a estados terrorista que hacen las veces de títeres del imperialismo, reproduciendo sus lógicas y sus matanzas.
Pedimos la libertad del pueblo palestino y castigo a los cómplices de este holocausto comandado por Israel y Estados Unidos.
La resistencia vencerá, levantando la bandera de la justicia de los pueblos, como dijo el “Che”: “Al imperialismo hay que combatirlo en cualquier parte del mundo donde haya un pueblo oprimido”.
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