NO HAY VOLUNTAD POLITICA

“Falta voluntad política de parte del Estado argentino de planificar sus recursos energéticos”, sentenció Gabriel Martínez, secretario de organización de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA), en referencia a la venta del 45% de las acciones de Repsol en el control de YPF.
En los últimos días se barajaron, dentro de la empresa de origen español, algunos posibles compradores del 25% (el otro 20% iría a la Bolsa de Buenos Aires). Entre ellos aparece Eduardo Eurnekián, el dueño de Aeropuertos Argentina 2000, y por otro lado Enrique Eskenazi, titular del Banco de Santa Cruz, que desde hace años maneja esa entidad en la provincia de Kirchner. La posibilidad de que el Estado se haga cargo de ese porcentaje no aparece aún entre las prioridades del gobierno. Gabriel Martínez dijo que “lo único que se modifica es la constitución del directorio de la empresa y probablemente la política de la empresa, pero no la política energética argentina que sigue siendo dejar hacer al sector privado”.
El secretario de organización de FeTERA afirmó que “la libre disponibilidad de petróleo y gas (en manos privadas), lleva a que recursos estratégicos no renovables se vayan del país para servir a los intereses y las planificaciones de otras sociedades. No de la nuestra”.
Gabriel Martínez insistió en que con estas políticas de, “el sector privado es el que va a decidir cuanta gente va a tener trabajo, cuanta va a tener frío por falta de gas en invierno, cuantos millones de dólares se van a ir del país por año, y en qué momento Argentina va a tener que salir a pedir al mundo que le venda gas o petróleo porque se le terminaron las reservas”, y concluyó “no estamos analizando una política de fondo”.

Audio Gabriel Martínez



Reclamo histórico
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) le pidió al gobierno argentino, en Ginebra, que le otorgue la personería gremial a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), y que proponga modificaciones a la ley de asociaciones profesionales para adaptarla a las normas del Convenio 87 del organismo sobre libertad sindical.
Este reclamo lleva muchos años en los que, según Gabriel Martínez, “es muy difícil explicar al mundo que en Argentina no hay libertad sindical porque un sindicato nuevo no se puede constituir porque el Estado te dice que no podes representar colectivamente a los trabajadores, aunque si podes abrir una cuenta de banco para que puedas tener una actividad y un local”.
Martínez agregó que Argentina, como integrante de la OIT “tiene que ser respetuoso de las resoluciones”.
Además, el secretario de organización de FeTERA analizó que “la complejidad de la discusión a lo largo de los años lleva a relacionar el reclamo con la actividad económica de Argentina en el mundo. Porque el hecho de no poder organizarse sindicalmente también genera mano de obra mucho más barata y precios desleales de los productos de exportación con respecto a otros países, que sí respetan las organizaciones de los trabajadores”.

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