Se cumple un nuevo mes de la desaparición de Jorge Julio López, el testigo clave en el juicio que condenó por genocidio al ex comisario de la Policía Bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolatz y hay que seguir hablando de la inexistencia de pistas que lleven al paradero del albañil de 77 años. En Mar del Plata, -como en otras ciudades del país- distintas organizaciones convocan a la concentración en las veredas de la Catedral a las 18 horas para exigir la aparición con vida de López. Mariano Zurita, integrante de la Agrupación Hijos, manifestó que ante la falta de datos que lleven a la verdad en la causa “hay que seguir reclamando por su aparición y por que se haga justicia” y agregó que aunque la sociedad argentina “no se moviliza, eso no quiere decir que se haya olvidado de Jorge Julio López. Lamentablemente, la no resolución de la justicia en este país, produce un desgaste en la población. Es duro decirlo, pero a veces nuestra sociedad se acostumbra a que este tipo de hechos pasen y que no se haga nada al respecto, por eso es necesario continuar con el reclamo de justicia”. Por último, Zurita se refirió al juicio que se está realizando en La Plata contra el ex capellán de la Policía Bonarense, Cristián von Wernich, como “un hecho fundamental”, porque “pone en el banquillo de los acusados a un miembro de la Iglesia, lo cual habla de la participación de la Iglesia como institución durante la última dictadura”. La actividad para esta tarde en las calles Mitre y San Martín también incluye la proyección de un video en alusión al testigo desaparecido en La Plata el 18 de septiembre pasado.
La noticia ANDA por otro lado. No es independiente y no miente. Juega un rol en esta comunidad. Desde la Agencia de Noticias de FM de la Azotea buscamos reflejar los procesos de organización y transformación social que se están dando en Mar del Plata y el país desde arriba de esos procesos, siendo parte y no medio. O mejor dicho, convirtiéndonos en un medio que se reconoce parte y se anima a sacarse la identificación falsa de independiente. En ANDA la noticia se apropia. Se cuenta en los barrios. Se denuncia. Se festeja. Se protagoniza. Es peligrosamente subjetiva. Como lo somos todos. Mira lo que pasa en el país y en el mundo desde su propia casa. Y dice, por sobre todo dice, sin miedo a que el decir informativo sea una virtud de algunos pocos.
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