lunes, 2 de julio de 2007

JOSE HERNANDEZ, BARRIO BORRADO

No lo tome a juego. Busque un mapa de la ciudad, busque el nombre de este barrio. ¿Nada? Intente seguir el recorrido de la calle 224, más allá de Carlos Gardel, a la altura de Magallanes, Ayolas, y hasta 238…
El barrio no está trazado. No está en el mapa. No tiene la subdivisión de las calles. Pero no es que no existe. Aunque algunos funcionarios preferirían que así fuera. Y en lo concreto, actúan como si no existiera.
Si los vecinos reclaman por el estado de las calles, si reclaman por el transporte, que los deja a 11 cuadras, por el agua, que llega a cuatro, o las cloacas que están a 5, o el gas que está un poco más lejos; la respuesta es siempre la misma: ‘qué barrio?, no ahí no puede haber nada, es zona inundable, por eso no hacemos la traza de las calles, ni podemos dar agua corriente, ni alumbrado, ni, ni, ni…’
Hace 18 años que ahí vive gente beneficiada con la donación de los terrenos por su antiguo propietario, que ocuparon unas 90 casas provistas por un plan provincial, avalado para instalarse allí con una ordenanza municipal de 1992. Sí, “la municipalidad nos puso acá donde estamos, y en 1999 un arquitecto que era concejal, nos dijo que tendríamos que hacerle juicio a la municipalidad por darnos este lugar, porque es inundable. ¿Qué hacemos le hacemos juicio, ahora ese concejal es intendente, y nos niega que existamos”, dijo tan claramente Clotilde Piruzanto, que para qué agregar nada. Es vecina del lugar y titular de la Sociedad de Fomento. En un barrio sin escuela, sin plaza, sin sala de salud, sin alumbrado, sin agua, sin cloacas, sin gas, sin calles transversales. ¿Y la basura? “La juntan un par de veces por semana”, dice sonriendo Clotilde. Eso sí hay unas cien casa en diez manzanas, con miles de vecinos que dicen que viven allí desde hace más de 15 años. Gente que trabaja en la pesca y en el puerto, en cosechas de la zona, que no trabajan, otros que intentan ir a estudiar. “La escuela no está lejos, hay una a 15 cuadras y otra a 20, caminamos”. Claro. Porque tomarse el colectivo también hay que caminar esas cuadras, entonces están acostumbrados a que esas distancias sean cortas.
“Les pedimos a los funcionarios que nos atiendan, que dejen de negar que existimos, que entiendan que acá hay gente viviendo que necesita estros servicios para vivir dignamente”, expresó una luchadora Clotilde, a la espera todavía de un cartógrafo a la derecha.

Audios Clotilde Piruzanto





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