Se realizó el 3 y 4 de mayo en la sede de la Facultad de Ingeniería,en Rosario el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales
Por Colectivo Frida
De a pocas iban llegando, improvisando desayunos, tomando unos mates, armando los puestos las artesanas, largas colas de inscripción...Diversas, contentas: “Acá todas son” me decía emocionada una de mis acompañantes.
Y si, la alegría de encontrarse, de no tener que esconderse de ninguna mirada: el hall de la Facultad de Ingeniería de Rosario plagado de mujeres lesbianas y bisexuales ansiosas por conocer a otras, por charlar con otras, saludándose, abrazándose, besándose.
Llegaron de todo el país, algunas colectivas, muchas en pareja y otras solas, también de Chile, de Bolivia, de Uruguay... de Islandia.
La apertura se retrasó un par de horas, pero emocionante. Cerca de 200 mujeres, que luego fuimos más de 300.
Mujeres de todas las edades convencidas de que estábamos viviendo un momento histórico: presentaciones, auspicios y guiños de distintos partidos políticos, hasta que llegó el momento en que habló Ilse Fulkova, primera lesbiana pública, visible de la Argentina: quien a los cuarenta y pico se enamoró de una mujer, luego de estar casada durante 25 años con un hombre con el que tuvo 3 hijos. Pero su amor lo llevó a la militancia y como si fuera poco, en la década de los 90, se convirtió en la primera lesbiana en aparecer en TV argentina.
Hoy, con 80 años, en esta gran fiesta, fue aplaudida durante 10 minutos: “Esta reunión de lesbianas y bisexuales en Rosario 2008 la vivo como una floración exuberante, un despliegue de una realidad que, de hecho, siempre ha existido: las mujeres pueden amar a las mujeres”
Nos agita: “esta es hoy zona liberada”.
Desafía el sentido común: “Creo que las lesbianas no queremos ser varones, las lesbianas somos mujeres”
Nos invita a reflexionar y a hacer: “Vivir es crecer, crecer es crear espacios de encuentro, espacios de amistad, permitirnos inventar algo significativo, para vos un poema, una fotografía, refinar nuestros sentidos”
El cierre de esta apertura fue coronado por las mujeres de la Lesbianbanda: potencia en los tambores, una fiesta improvisada al mediodía.
Los talleres, que se desarrollaron en tres franjas horarias el sábado y una el domingo, versaron sobre distintas cuestiones: mujeres lesbianas, mujeres bisexuales, lesbianas trans, discriminación en la vida cotidiana, juguetes y fantasías sexuales, erotismo entre mujeres, intercambios y deseos de activismo, diversidad familiar y maternidades, hablemos de lesbofobia, fe y sexualidad, presentaciones de colectivas presentes, relaciones abiertas y amor libre, comunicación estereotipos y representaciones culturales, repensando nuestra salud, Las actividades culturales fueron también múltiples: muestras plásticas y de fotografías, obras de teatro, un taller coordinado por la Lesbianbanda: Tambores, música, cuerpo, transitando la visibilidad, tango queer.
Todo se desarrolló en un clima de amistad y compañerismo digno de un momento fundante.
La marcha, ya llegada la nochecita, recorrió algunas calles dejando su rastro imborrable en las paredes: “Si Evita viviera, sería tortillera”, “Lesbianas en todas partes” y tuvo un punto álgido frente a la catedral: “Prohíben el aborto, los curas abusadores, de menores” coreaban las mujeres, mientras algunas preferían besarse en las escalinatas, como un modo de fortalecerse en la visibilidad.
Las conclusiones del encuentro serán elaboradas y difundidas en breve, en la medida en que también vayamos elaborando la gran cantidad y variedad de emociones que nos atravesaron en cuerpo y alma.
Nos sabemos lesbianas y bisexuales, nos vimos diversas, nos sentimos menos solas y nos proyectamos cada vez más visibles.
Por Colectivo Frida
De a pocas iban llegando, improvisando desayunos, tomando unos mates, armando los puestos las artesanas, largas colas de inscripción...Diversas, contentas: “Acá todas son” me decía emocionada una de mis acompañantes.
Y si, la alegría de encontrarse, de no tener que esconderse de ninguna mirada: el hall de la Facultad de Ingeniería de Rosario plagado de mujeres lesbianas y bisexuales ansiosas por conocer a otras, por charlar con otras, saludándose, abrazándose, besándose.
Llegaron de todo el país, algunas colectivas, muchas en pareja y otras solas, también de Chile, de Bolivia, de Uruguay... de Islandia.
La apertura se retrasó un par de horas, pero emocionante. Cerca de 200 mujeres, que luego fuimos más de 300.
Mujeres de todas las edades convencidas de que estábamos viviendo un momento histórico: presentaciones, auspicios y guiños de distintos partidos políticos, hasta que llegó el momento en que habló Ilse Fulkova, primera lesbiana pública, visible de la Argentina: quien a los cuarenta y pico se enamoró de una mujer, luego de estar casada durante 25 años con un hombre con el que tuvo 3 hijos. Pero su amor lo llevó a la militancia y como si fuera poco, en la década de los 90, se convirtió en la primera lesbiana en aparecer en TV argentina.
Hoy, con 80 años, en esta gran fiesta, fue aplaudida durante 10 minutos: “Esta reunión de lesbianas y bisexuales en Rosario 2008 la vivo como una floración exuberante, un despliegue de una realidad que, de hecho, siempre ha existido: las mujeres pueden amar a las mujeres”
Nos agita: “esta es hoy zona liberada”.
Desafía el sentido común: “Creo que las lesbianas no queremos ser varones, las lesbianas somos mujeres”
Nos invita a reflexionar y a hacer: “Vivir es crecer, crecer es crear espacios de encuentro, espacios de amistad, permitirnos inventar algo significativo, para vos un poema, una fotografía, refinar nuestros sentidos”
El cierre de esta apertura fue coronado por las mujeres de la Lesbianbanda: potencia en los tambores, una fiesta improvisada al mediodía.
Los talleres, que se desarrollaron en tres franjas horarias el sábado y una el domingo, versaron sobre distintas cuestiones: mujeres lesbianas, mujeres bisexuales, lesbianas trans, discriminación en la vida cotidiana, juguetes y fantasías sexuales, erotismo entre mujeres, intercambios y deseos de activismo, diversidad familiar y maternidades, hablemos de lesbofobia, fe y sexualidad, presentaciones de colectivas presentes, relaciones abiertas y amor libre, comunicación estereotipos y representaciones culturales, repensando nuestra salud, Las actividades culturales fueron también múltiples: muestras plásticas y de fotografías, obras de teatro, un taller coordinado por la Lesbianbanda: Tambores, música, cuerpo, transitando la visibilidad, tango queer.
Todo se desarrolló en un clima de amistad y compañerismo digno de un momento fundante.
La marcha, ya llegada la nochecita, recorrió algunas calles dejando su rastro imborrable en las paredes: “Si Evita viviera, sería tortillera”, “Lesbianas en todas partes” y tuvo un punto álgido frente a la catedral: “Prohíben el aborto, los curas abusadores, de menores” coreaban las mujeres, mientras algunas preferían besarse en las escalinatas, como un modo de fortalecerse en la visibilidad.
Las conclusiones del encuentro serán elaboradas y difundidas en breve, en la medida en que también vayamos elaborando la gran cantidad y variedad de emociones que nos atravesaron en cuerpo y alma.
Nos sabemos lesbianas y bisexuales, nos vimos diversas, nos sentimos menos solas y nos proyectamos cada vez más visibles.
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