viernes, 7 de noviembre de 2008

VIEJOS SON LOS TRAPOS

Por Augusto Taglioni


Las jubilaciones han acaparado la atención de todos y cada uno de los argentinos. Que privada, que mejor publica, que aguante Carrió o viva la propiedad privada, fueron algunas de las arengas que, como suele suceder en los debates nacionales y con gran manija efectuada desde los medios de comunicación, funcionaron como una especie de River-Boca, al igual que el ya escuchado, “estoy con el campo” o “chorros devuelvan los ahorros”.

Hay una tendencia de parte de las autoridades (donde también están los grandes “miedos” de comunicación) en plantear temas de suma importancia como una rivalidad suprema. Donde, lamentablemente uno siempre termina tomando postura de uno de los dos extremos, en lugar de analizar mas a fondo los beneficios que puede tener, lo que en algún momento fue retenciones al agro compensadas y ahora una jubilación otorgada por el estado.

La derecha es especialista en reemplazar terminologías, por ejemplo:
-Distribución de riqueza: Medidas confiscatorias
-Estatización: Medidas inconstitucionales
-Reforma: gobiernos autoritarios que pretenden perpetuarse en el poder
-Libertad: Mercado.

Así se pueden observar muchas definiciones que manejan los sectores del PRO, la Coalición Cívica, los radicales o algún peronista disidente a lo que no sea su propio nombre.

También del lado del oficialismo, siempre que son debatidos proyectos, copan la parada de manera ortodoxa y equivoca, sosteniendo que quien no vota igual que su bancada es un traidor a la patria. Vale sentarse a pensar y que, reflexión mediante, el gobierno pueda lograr un consenso determinado ante diferentes proyectos, que con las correctas modificaciones puedan enriquecer, aun mas, las medidas a decidir.

Hay media manzana comida, respecto al sistema solidario de reparto, gracias a 164 votos que eligieron positivamente, un proyecto justo, con modificaciones necesarias para garantizar ciertos controles que limen la desconfianza que genera un gobierno no del todo creíble, lamentablemente.

Ahora, de un lado afirman que estamos cerca de “un paso histórico” y por otro “el gobierno quiere hacer caja para pagar deudas”.
Evidentemente estamos en presencia de un cambio estructural relacionado con el sistema jubilatorio, que luego de la ola neoliberal que en la década del 90’, se hizo cargo de evitar todo tipo de manejo estatal y dio lugar a las AFJP, como sistema de previsión social, que desde el 89 (en sus inicios) comenzó un camino privatizador irracional y lastimoso.

Para interiorizarse en el tema y no hablar (o escribir) por que el aire es gratis, paso a explicar el por que de lo nefasto que fue, es y será el sistema de AFJP:

-.Transfirieron los recursos con que el estado les pagaba a los jubilados, pero no transfirieron a los jubilados, por lo tanto el estado era el que pagaba, hasta el día de hoy, provocando un agujero fiscal y generando una abultada deuda publica, con mas impuestos.

- Fue impulsado, como en Chile, por Organismos multilaterales , el FMI y el Banco mundial, que pretendían una capitalización nacional, generando un mercado rentable a sus intereses.

-Conforman un oligopolio, ya que de las 27 existentes en el sistema en 1994, quedan solamente 10 y la mayoría de los fondos (casi en un 50 por ciento) están invertidos en títulos públicos, gracias a un decreto impulsado por Domingo Felipe Cavallo y Fernando de la Rúa.

-Se limitaba el traspaso de los afiliados desde las AFJP al estado.

-Se anotaban a los indecisos en las AFJP y en 3 meses no se daba lugar a la elección.

-Las comisiones, calculan sobre el sueldo y no sobre el aporte. Si se tomaba el aporte, llegaban a un 34 por ciento promedio. Es decir, que de cada 100 pesos aportado se capitalizaban 67 y para recuperarlo la rentabilidad debe ser del 49 por ciento. Algo practicamente imposible.

El nuevo sistema provisional garantizará que todos los trabajadores tengas sus aportes pertinentes y que los fondos vuelven al estado. Lo que no da lugar al incremento de la deuda publica, compra de títulos, etc.
Uno de los principales planteos hechos por la oposición fue el de garantizar el control y regulación de esos fondos que llegan al estado, sabiendo el destino de los mismos.

Por eso, y gracias las reformas provenientes de la oposición ( Solidaridad e Igualdad, Claudio Lozano y sectores del socialismo) que luego votó el proyecto, a diferencia de otros sectores que son oposición por oposición, se creó la Comisión bicameral apoyada por banqueros para regular y controlar los fondos y así generar un margen de confianza.

El nuevo sistema solidario de reparto, es un cambio necesario para que el estado vuelva a ser el encargado de distribuir servicios y beneficios. El 20 de noviembre la media manzana faltante, ingresará en la cámara de senadores, donde buitres hambrientos y sedientos de privatización y noventismo esperarán por ella. Será cuestión de esperar y que la vieja politica no sea protagonista, como en el debate de la resolucion 125, y no logre irrumpir una medida politicamente correcta. Que los viejos (dirigentes) sean los menos, aunque parece, y en este caso es lamentable, que viejos son los trapos y nadie impedirá algun voto no positivo.

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