miércoles, 1 de octubre de 2008

10 meses, 10 sacudones en el gabinete

Por Javier Germinario
Cuando el intendente pulti asumió la intendencia ya había presentado a su gabinete. La diferencia fue de apenas unos días, pero demostraba la ansiedad de dar a conocer el equipo. Una ansiedad que fue creciendo a lo largo de los 10 años y algo más, entre la fundación del partido Acción Marplatense y el acceso al gobierno municipal. Meteórico.

Nada garantiza que un partido centenario tenga resuelto siempre un equipo para gobernar. Nada puede hacer pensar tampoco que un movimiento pueda reunir un gabinete con la capacidad necesaria para enfrentar la gestión. Pero con una historia mucho más reciente, nunca pensamos en si el partido de la ciudad estará preparado a este nivel, profundo y necesario para encarar el gobierno. Ya no con la crítica ácida y profunda, ni con las propuestas que se perdían en la minoría del recinto. Con la iniciativa a la que obliga ser gobierno.

Tal vez el planteo repetido hasta la saturación desde el recuento de los votos del 28 de octubre pasado, la “Mar del Plata de 12 meses” se transforme en sentencia. ¿Llegan a los doce meses? Algunos no. Demasiados, para la expectativa de un gobierno que fue oposición más de 10 años, que se estuvo preparando todo ese tiempo para este momento.

Ayer anunció su renuncia el Secretario de Control, ámbito vinculado a la Secretaría de Gobierno con responsabilidad importante en transporte, Fernando Caamaño. Es el décimo caso de un movimiento en el gabinete. Causas personales. Tal vez no tanto. Aunque no pueda decirse que los fusibles saltan siempre del mismo lado cuando hay que negociar con los empresarios del transporte. Ya en abril habían separado a otro abogado de la misma secretaría, Eduardo Berchot. Era subsecretario de Coordinación de Programas especiales. Mientras asumía la función pública, su estudio profesional seguía cuestionado por maniobras fraudulentas en trámites jubilatorios de ancianos ante ANSES. Fue el primer caso, a 4 meses de asumir.

El segundo, Xavier Marcote. Era delegado del Puerto, donde los vecinos vieron otras maniobras raras. En este caso, camioneros maniobraban con sus cajas, identificadas con ploters de la delegación, llenas de arena de las playas del sector. Como no se comprobó nada, volvió. Tercer movimiento.

Cuarto, también con salida y entrada, el comisario retirado Juan José Arteaga. Cuando se fue, dijo que la familia se lo pedía. Que tenía un impostergable, pero que no había nada en relación con la función. Más allá de conflictos salariales y por condiciones de trabajo en el sector, medidas de fuerza y trabajo a reglamento entre los inspectores, y otras minucias. Ahí entró otro ex oficial de policía. Bengolea. En la primera semana de trabajo, lo denunciaron por, aparentemente, aceptar una coima en un control vehicular. ¿una cama?, ¿para sacarlo a él, o para que vuelva Arteaga?. Arteaga solucionó su impostergable y volvió. Sexto y muy extraño movimiento.

José Cano fue el primer secretario de Hacienda. El que recibió la comuna con ¿25, 40 o 70 millones de déficit? Él hizo el trabajo desgastante, enfrentó los casi paros del Sindicato de empelados municipales. Su capa de superhéroe era tan grande (o en realidad los nombre de confianza de Pulti tan pocos) que en realidad Cano estaba en la lista de concejales. Acomodó las cuantas y dejó su cargo. ¿Por qué? Si estaba haciendo lo más difícil, aparentemente muy bien. ¿Ocupó su banca? No. Los suplentes en el HCD están firmes (sic). En su lugar ingresó un extrapartidario, perteneciente al socialismo: Mariano Pérez Rojas. Séptimo movimiento.

El octavo es un enroque. Hasta los trabajadores de Obras Sanitarias, afirmaban el 11 de diciembre de 2007, que Emilia Bocanegra duraba menos que el mal olor de la planta de efluentes en la zona de Camet (otro sic, grande). Ella no renunció… a las horas en al facultad digo. A su puesto en el municipio, tampoco. Solo pasó a la vicepresidencia de la empresa municipal, dejando el puesto uno a quien en principio era justamente el segundo, extrañamente el segundo, el ingeniero Mario del Ollio. Desde que tomó ese lugar, según dicen los trabajadores, se trabaja menos de lo justo. No se reponen materiales, insumos, ni herramientas, en cualquier momento se hablará de una empresa que no cierra, o sea que van a hablar de cierre.

El noveno, Eduardo Bruzzeta. Si le preguntan a los concejales opositores, dicen que ellos lo sacaron. Si le preguntan a él, salió para que se investigue la relación entre la cooperativa de recicladotes y una empresa contratada para prestar servicio en la planta de recuperación del predio. Si le preguntan al intendente, no salió, puede volver en cualquier momento.

También entró José María Conte, a ese no lo conté. Tampoco contaba Pulti en el comienzo de su gestión con darle tanta entidad a Vialidad, la especialidad del ingeniero radical. Que ya se sacó la foto en la repavimentada avenida Independencia.

Son más o menos 10. en 10 meses. La dinámica de un gabinete que no pone en duda el latiguillo de “Mar del Plata 12 meses”, lo transforma en un látigo doloroso. ¿Llegan todos?

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