jueves, 23 de octubre de 2008

Los pibes: el blanco mas facil de demonizar

Por Augusto Taglioni


El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli manifestó, en conferencia de prensa su adhesión para que se baje la imputabilidad de los jóvenes menores de edad por el cual, un chico de 14 años o menos puede ser penado por la ley. Para esto el congreso tendría que avalar una serie de modificaciones en el código penal.

Parece un tema trillado a la hora de encontrar responsables de la “cultura de la inseguridad” que tanto afecta a los sectores medios y altos de la sociedad.

Si le preguntamos a los habitantes medios, comerciantes, taxistas, colectiveros o simplemente cómodos que hablan desde el asiento de acompañante de una Toyota Hilux, seguramente estarán de acuerdo con esta iniciativa, por que hablamos de una problemática que muchos pretenden solucionar, sin ideas ni proyectos pero solucionar al fin.

Scioli habló de 250 cárceles para que los presidiarios no estén todos amontonados y puedan tener al menos algo de espacio entre ellos. De lo que no habló el gobernador es de las políticas públicas que hacen a la inclusión social, a la construcción de educación popular, salud pública digna, fuentes laborales, distribución de la riqueza y todo lo que el estado como tal debe otorgarle a cada uno de los integrantes de una sociedad.

Los paquetes sectores acomodados que están felices por la “inversión” que la provincia, con sus 11 millones de dólares, realizó para que la copa davis se juegue en la ciudad, sin duda que no están dentro de este planteo y no piden a gritos igualdad e inclusión.

Tampoco aquellos allegados al empresario Florencio Aldrey Iglesias que con su multimedio pondera al gobernador como el ser mas solidario y benéfico que tuvo la ciudad en toda su historia, siempre y cuando los favores sean devueltos, con hoteles, salas de teatros o alguna otra adquisición que limite aun mas los espacios culturales, políticos y sociales de la ciudad.

Teniendo en cuenta que las políticas neoliberales arrasaron con el país a lo largo de tantos años, sabiendo que el mercado y su posterior consumo masivo, promueve cada vez con más velocidad productos que no satisfacen las necesidades básicas de una persona y con una xenofobia mezclada con desconfianza que nuestra sociedad muestra sin ningún tipo de estupor y que separan indiscriminadamente un país a punto de dividirse en dos, no asombran este tipo de decisiones.

¿Con todos los aspectos ya mencionados como puede ser posible que un chico de bajos recursos no tenga un grado de resentimiento, si lo único que recibe es desprecio y exclusión de parte del mismo estado en el que vive?

Supongamos que haya que tomar una decisión a corto plazo en el tema de la inseguridad y la más viable sea esta modificación en el código penal y bajar la imputabilidad de los menores, como apoyó Scioli.
¿Las cárceles no tendrían que estar preparadas para brindar educación, oficios, formación y preparación para que dicha institución sea una herramienta de inserción social?

A medida que se haga efectivo dicho proceso, ¿El estado no debería encargarse de construir políticas publicas de integración, fortaleciendo la educación, los servicios, los alimentos del día a día que no obligue a los pibes tener que robar para comer?

¿Y si en lugar de prestar sumas millonarias para atracciones turísticas, no utilizamos el presupuesto para generar puestos de trabajo y que el pueblo cada vez mas olvidado se sienta dignificado con un oficio o una casa digna en que vivir?

Las voluntades políticas evidentemente, no son esas y si bien la inseguridad existe, no existe por que si, sino que son resultado de sucesivas políticas de olvido a los sectores populares y los favorecidos son los mismos que hoy piden cárcel a los pibes, los pibes que olvidan discriminan y demonizan, que son el blanco fácil, al ser la consecuencia de una política de despojo que se acrecentará cada vez mas y nadie absolutamente nadie, intenta arreglar.

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