Por Lucas Barrionuevo
No está en orden porque lo de felices es para algunos pocos.- Sobre todo para los vecinos de San Isidro que, ademas de tener el dinero suficiente para los huevos de chocolate, lo tienen para construír un muro. No un muro dentro de sus casas.- Tampoco un muro para un programa de entretenimientos. Hablamos de un muro para dividir ricos y pobres.- O como dicen ellos; para separar delicuentes y gente de bien
La fantástica idea se le ocurrió al intendente de dicha localidad, Gustavo Posse, y pretendía separarlos del partido de San Fernando.- Según él, la pared venía a solucionar el flagelo de la inseguridad que, tanto sufren los vecinos de la zona norte.- Sólo se construyeron 50 de los 800 metros planificados, porque el ministerio de seguridad detuvo la obra.- Como siempre, con voces a favor y otras en contra. Y hasta ahí podemos hablar de noticia.- Podríamos quedarnos con eso.- Apagar la televisión o la radio y decir: Qué barbaridad!
O pensar que quienes hoy piden a gritos el retrógrado muro, víctimas de la delincuencia, son tan culpables de eso como los propios delincuentes.- Y que la intención de dividir malos y buenos es como intentar apagar un incendio con kerosene.- Que quienes ellos llaman delincuentes, son tan víctimas como ellos, de algo que se piensa como solución mágica.- Que la exclusión social que se viene profundizando cada vez más, con la complicidad de los pocos que tienen mucho, origina que los muchos que tienen poco se vean obligados a delinquir.- Que los verdaderos delincuentes son aquellos que despojaron a los mas pobres de sus derechos escenciales: Casa, comida, educación, salud, TRABAJO.- Y la lista sigue.
¿De qué se quejan los vecinos de San Isidro? ¿Del negro que les roba el celular?
¿O de que esa persona no tenga casa, comida, educación, salud ni trabajo? Sin dudas, esto último no les preocupa en absoluto.- Porque, hace unos años, pudieron, él y ella, depositar dinero en el banco, equipar su casa con electrodomésticos de última generación y pagar una cuantiosa cuota por la educación de sus hijos.- Mientras que, sin hacerse noticia, el negro que hoy les roba el celular, y sí es noticia por eso, era despedido de su trabajo, su casa era rematada, la escuela pública a la que enviaba a sus hijos cerraba porque no se garantizaba un salario digno a los docentes.-En fin; mientras ellos se hacían ricos y ese señor de la clase media se convertia en un negro pobre, hoy delincuente.
Dicho esto nos preguntamos: ¿Es la solución separar los barrios paquetes de las villas?
No se puede exigir solución a algo sin antes identificar el problema.- Y cuando hablamos de problema no hablamos de las consecuencias, sino de la o las causas.-
Ese delincuente no es el problema.- Ese delincuente no es la causa.- Ese delincuente, es la consecuencia.
Identificado el problema; identificadas las consecuencias; identificadas las causas; exijamos ahora sí, la solución.
jueves, 9 de abril de 2009
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