Cincuenta trabajadores de la fábrica de chacinados Rico, permanecen desde hace varios meses haciendo guardia en la puerta de la empresa, que actualmente está cerrada. “Ni siquiera nos despidieron, desaparecieron de un día para esotro”, arrancó por decir Miguel Guasiura, uno de los ex empleados.
Cronología de la estafa
Los problemas comenzaron en Setiembre. “Primero faltó la mercadería, después dejaron de pagar los sueldos, ni siquiera cumplen con los acreedores, con los mínimos requisitos de cualquier empresa. Hoy está cerrada, estamos en la calle, sin cobrar, sin respuesta, por eso nos quedamos en la puerta de la empresa. Los dueños legítimos de esto nos dan alguna limosna, con lo que no van a poder solucionar, nos dan 100 pesos cada cuarenta días, más o menos, esta es una empresa de más de 50 años, siempre anduvo bien, luego cuando pasó a los hijos de los primeros dueños empezó a decaer, pero nunca pensamos que iba a terminar en esto”, detalló Guasiura.
La carpa en la puerta
Cualquiera de nosotros que pase por esa esquina, frente a uno de los límites del barrio Centenario, no puede evitar ver las cortinas metálicas pintadas con el nombre de una empresa tradicional de la ciudad. Ahí, en esa esquina de Chile y Alvardo, desde hace varios meses 50 trabajadores se turnan “para evitar que los actuales propietarios vayan cualquier día, y sin mediar explicación se lleven todo, y termine de vaciar la empresa. José Cantero y Héctor Casela, son los actuales propietarios, con socios que actuaron sin aparecer, como avales, que después desaparecieron. Ellos la compraron a los dueños originales, y pasaron de tener 1 millón de deudas, a más de 5 millones”.
El Ministerio, ausente
En algunos casos, la Secretaría de trabajo, o su delegación regional, encabezan ciertos reclamos. En otros, aunque sea, cumplen con su función de mediar, de regular, de inspeccionar y pedir sanciones. En el caso de estas 50 familias “del ministerio no hemos tenido la respuesta que hubiésemos deseado. Algunas bolsas de mercadería, nada más. Hemos intentado tramitar subsidios hasta que esto se resuelva, pero no hemos obtenido respuesta”, añadió el trabajador.
¿Puede haber solución?
Guasiura contó también que “habría interesados en comprar la fábrica, nosotros estamos esperando eso, queremos que se abra, nosotros facilitaríamos eso, si es que nos reconocen la fuente laboral, y los derechos de estos años de trabajo. Lo mismo que deberían entender los acreedores, y la municipalidad, la provincia, para re impulsar la fábrica”. La esperanza está intacta. Y el sacrificio a la vista de todo nosotros. Incluso de quienes los estafaron y huyeron.
Audio Miguel Guasiura - Empleado del Frigorífico Rico
jueves, 26 de abril de 2007
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