Los bolivianos asisten este domingo a un referendo histórico y decisivo para el país, porque somete a la consulta popular la Nueva Constitución Política, base para el proyecto de refundación de Bolivia del primer presidente indígena de la nación andina, Evo Morales Ayma.
Más de 3,8 millones de ciudadanos están llamados a las urnas para decidir si apoyan o rechazan una Constitución de 411 artículos, que propone una Bolivia plurinacional, orientada a la integración indígena y social, unida y con autonomías, antineoliberal y de mayor participación estatal en la economía.
Precisamente «Una Bolivia unida y con autonomías» ha sido el lema más repetido por el presidente Morales a lo largo de su campaña en defensa de la Nueva Constitución, cuyos principales detractores son los opositores regionales de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca, dedicados a criticar el nuevo texto con falacias como que «pone en peligro a la religión católica y a la familia».
Según EFE, a pesar de que la polarización política persiste en Bolivia, la jornada previa al referendo fue de tranquilidad incluso en departamentos liderados por la oposición, como el caso de Santa Cruz.
El texto que se somete a referendo es el fruto de un acuerdo político alcanzado en el Congreso Nacional en octubre entre los representantes del Movimiento al Socialismo, partido de Evo Morales, y parte de la oposición, lo que permitió «pacificar» el país tras semanas de conflictividad cuyo episodio más grave fue la matanza de indígenas y estudiantes normalistas ocurrida en el departamento amazónico de Pando por orden del entonces prefecto.
Tres años después de acceder a la presidencia, Morales pidió una «descolonización» de mentalidades en el país para poder aplicar la Nueva Constitución, que será la decimosexta si queda ratificada, lo que es visto con total confianza por el mandatario y sus seguidores, quienes esperan un amplio respaldo.
«El pueblo de Bolivia dirá si respalda, si aprueba o no, lo que hasta ahora hemos venido haciendo. Estoy seguro que sí lo hará porque estamos para servir al pueblo y no para servirnos de este», vaticinó Morales en diálogo con periodistas, apuntó Notimex.
Más de 300 observadores internacionales, fundamentalmente de América y Europa, presenciarán el desarrollo de la consulta.
También será sometido al voto de los bolivianos una pregunta sobre la extensión mínima que debe tener un latifundio improductivo —5 000 o 10 000 hectáreas— para ser expropiado por el Estado.
Fuente: www.juventudrebelde.cu
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