La pasada semana
la Conferencia Episcopal estuvo atravesada de fuertes discusiones que evidencian distintas posiciones sobre la realidad nacional, donde el Presidente de
la Conferencia Episcopal, Jorge Bergoglio, recibió reproches de sus pares que le reclamaron mayor diálogo con el gobierno. En charla con FM De
la Azotea el periodista Washington Uranga propone no usar generalizaciones para evaluar sus posiciones, dado que “la iglesia es una sociedad humana, y esta atravesada por las mismas contradicciones que tiene la sociedad y no hay una sola opinión”.
La reunión que días atrás mantuvieron el Presidente Kirchner y el Obispo Joaquín Piña, referente de
la Constituyente en Misiones, generó duras críticas del Cardenal Bergoglio, quien se posicionó, una vez más, como referente de la oposición al gobierno. Uranga expresó que estos conflictos están motivados porque
“hay dos personalidades muy fuertes, el presidente es un hombre de convicciones, una personalidad muy firme y el Cardenal Bergoglio no lo es menos. Yo creo que hay una lucha, donde Bergoglio cree asegurar la salvaguarda moral de la república. No hay oposición, la oposición se diluye y Bergoglio cree jugar el papel de reaseguro de la institución, de la democracia, de determinados valores, que algunos son suyos y de la iglesia en términos doctrinales, y otros son sus propias convicciones personales”.
A partir de los enfrentamientos del Presidente Kirchner y Bergoglio, el mandatario
propuso “poner la otra mejilla”, en ese sentido la reunión mantenida con el obispo Piña, quien generó la derrota del kirchnerismo en Misiones, debe leerse como un gesto directo a los sectores más enfrentados al gobierno nacional.
La continuidad de una crisis de representación en nuestra sociedad, ha generado que no se restablezca la institucionalidad política después del 2001, para Uranga “el único proyecto político es
el que encabeza el Presidente y no lo hace desde un lugar que abra el juego a la participación”. Por otra parte afirmó que la oposición “no es capaz de generar propuestas, esta muy atravesada por los personalismos”, y en ese escenario “hay algunos dirigentes de la iglesia, como ocurrió con Piña, que aparecen como las figuras que pueden tener un discurso distinto”.
Con una presencia nacional para nada desestimable, la iglesia aparece como la única institución con extensa territorialidad, con capillas en cualquier lado y poder suficiente para referenciar sus posiciones. “Cuando 100 obispos se reúnen en asamblea y durante una hora hablan de la realidad del país, tienen una imagen como no la tiene ninguna otra institución, bien o mal tienen una visión nacional” argumentó Uranga, sosteniendo también que la oposición política “busca cobijarse en las sotanas porque no tiene forma de agruparse de manera propia, a mi me consta que por la oficina del Cardenal Bergoglio pasan dirigentes políticos, y al Cardenal le gusta”.
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