Más de siete mil nuevos marines estadounidenses se encuentran hoy en la base Camp Leatherhead, en la conflictiva provincia sureña de Helmand como parte del reforzamiento militar del Pentágono ante el estancamiento y descalabro de su ocupación en Afganistán.
Ese contingente, enviado desde su sede de Camp Leujene, en Carolina del Norte, representa la primera avanzada de los 21 mil efectivos ordenados por el presidente Barack Obama para intentar garantizar también la seguridad durante las elecciones presidenciales afganas de agosto venidero en Kandahar.
De acuerdo con la Agencia de Prensa Afgana (APA), esa fuerza de la Segunda Brigada Expedicionaria se trasladó hacia región limítrofe con Paquistán equipada con aviones de combates, helicóptero de transporte, artillería y la logística necesaria para unos 11 mil soldados.
También, que una parte del contingente acondiciona las instalaciones de la base con edificaciones permanentes, mientras la otra patrulla las desérticas áreas colindantes.
En Helmand, la administración afgana respaldada desde el 2006 por miles de militares de Gran Bretaña controla varias ciudades y carreteras, aunque las restantes villas y poblados permanecen bajo la autoridad de la insurgencia.
Al menos 70 militares estadounidenses perdieron la vida desde el 1 de enero del 2009, que constituye un 75 por ciento de incremento con relación a los 40 muertos computados en la primera semana de junio del 2008. En ese año, 151 soldados estadounidenses murieron en Afganistán.
Fuente: www.prensaislmaica.com.ar
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